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Jodorkovsky cumple condena de ocho años de prisión por estafa

Será sometido a nuevo juicio el encarcelado y otrora hombre más acaudalado de Rusia
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 28 de febrero de 2009, p. 25

Moscú, 27 de febrero. Mientras el gobierno ruso no pone reparo en usar parte considerable de las reservas del país para pagar a acreedores foráneos las deudas de los magnates afines al Kremlin, Mijail Jodorkovsky –quien, como dueño de la ya desmantelada petrolera Yukos, llegó a ser el hombre más acaudalado de Rusia y desde 2005 cumple condena de ocho años de cárcel en Siberia por delitos fiscales y estafa– será sometido a nuevo juicio.

Todo apunta a que Jodorkovsky y su socio, Platón Lebediev, en el proceso judicial en su contra que comienza el martes de la semana entrante, serán declarados culpables de malversación de fondos y de lavado de dinero, delitos tipificados en el Código Penal ruso con una pena máxima de 22 años y medio de la privación de libertad.

En total, en el supuesto de que más adelante no haya un tercer juicio, Jodorkovsky y Lebediev podrían permanecer entre rejas poco más de 30 años.

Con fortunas de similar origen, amasadas todas en los controvertidos tiempos de Boris Yeltsin mediante privatizaciones de dudosa transparencia y legalidad, la diferencia entre aquellos –los multimillonarios que tienen asegurado el rescate financiero– y Jodorkovsky es que éste lanzó un abierto desafío político al Kremlin, al tiempo que Lebediev se negó a testificar contra su socio y amigo.

Este caso, que adquiere cada vez más visos de venganza personal desde la cúspide de la pirámide de poder, resultó aleccionador para los magnates de la era yeltsiniana: unos pocos emigraron, la mayoría se alineó con la nueva elite gobernante y a Jodorkovsky le cayó encima toda la maquinaria de Estado en materia de aplicación selectiva de la justicia. El castigo se extendió a varios socios y colaboradores cercanos.

Cumplida la mitad de su condena de ocho años, contada a partir del año y meses que estuvo en prisión preventiva hasta que se celebró el primer juicio, en 2008 se denegó a Jodorkovsky el beneficio de la libertad condicional por buena conducta.

Las autoridades penitenciarias argumentaron faltas graves del recluso y el juez avaló la negativa. La mala conducta de Jodorkovsky se sustentó en tomar una taza de té en un lugar no autorizado para ello, en no llevar las manos tras la espalda durante un paseo por el patio de la prisión y en otras violaciones del reglamento carcelario de semejante relevancia.

Su defensa lo volvió a intentar este año y el pretexto para denegarle la libertad condicional fue, esta vez, francamente grotesco.

Todo comenzó cuando un preso hirió a Jodorkovsky en el rostro con un cuchillo, buscando ser trasladado a otra cárcel para ser juzgado por agresión y, de ese modo, evitar el ajuste de viejas cuentas por parte de un criminal que acababa de ingresar para cumplir la enésima condena.

Las autoridades penitenciarias –según se desprende de los testimonios de otros reclusos– pactaron con el agresor: trasladaron a otra cárcel al reo cuya venganza temía éste y lo convencieron de que dijera que actuó en defensa propia y presentara una demanda contra Jodorkovsky por pretendido intento de ataque… sexual.

Ello bastó para no concederle el certificado de buena conducta, aunque la corte de Moscú, a comienzos de esta semana, rechazó la absurda acusación del demandante que pedía medio millón de rublos como indemnización.

En este contexto de hostilidad, Jodorkovsky y Lebediev comparecerán de nuevo ante la justicia rusa el próximo martes.

La fiscalía, en un expediente de 188 tomos, les imputa ahora haber robado a su propia empresa 350 millones de toneladas de crudo, entre 1998 y 2003, por un valor de 892 mil 400 millones de rublos, que equivalen a unos 35 mil millones de dólares según el tipo de cambio de la época.

Es un sinsentido ridículo que se les acuse de robar todo el petróleo que su compañía extrajo en seis años, dice Yuri Shmidt, abogado de Jodorkovsky y Lebediev.

Además, les presentan cargos por lavar el dinero que habrían obtenido del robo de crudo por 487 mil 400 millones de rublos y 7 mil 500 millones de dólares.