México D.F. Miércoles 22 de septiembre de 2004
Se debe superar el ''paradigma revolucionario''
y captar inversión privada, dice
Desbaratar el ''monopolio de Estado'' sobre el petróleo,
pide director de Pemex
Energía prepara una reforma para que la petrolera
sea una empresa privada competitiva
ANDRES T. MORALES CORRESPONSAL
Boca del Rio, Ver., 21 de septiembre. Con el objetivo
de superar el ''paradigma revolucionario'' y generar las condiciones de
desarrollo a mediano y largo plazos, México debe desbaratar el ''monopolio
del Estado'' que durante décadas ha tenido sobre la industria petrolera,
parar la utilización masiva de recursos públicos, y pasar
a la captación de inversión privada y extranjera en la explotación
y aprovechamiento de los yacimientos de hidrocarburos, afirmó el
director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Raúl Muñoz
Leos.
Apuntó que dentro de la reforma al sector energético
que prepara la Secretaría de Energía, se establecen las condiciones
para evitar que la paraestatal continúe como un mero ente de recaudación
fiscal y pase a ser administrada como una empresa privada ''altamente competitiva
y eficaz''.
Por
su parte, el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE),
Alfredo Elías Ayub, sostuvo que la apertura en energía ayudará
a atraer tecnología y capital que el gobierno no tiene y, finalmente,
las mismas paraestatales y la sociedad ''serán las más beneficiadas
con la eliminación de monopolio estatal''.
Durante una conferencia ofrecida de manera conjunta ante
los participantes de la Cumbre de Negocios en Veracruz, los directores
de Pemex y de la CFE coincidieron en la necesidad de retomar y agilizar
la discusión sobre la reforma energética en el país,
en un afán de concluir la era del llamado ''paradigma revolucionario'',
el cual tuvo su máxima expresión en el decreto de expropiación
petrolera de 1938.
Ahora, dijo Muñoz Leos en referencia a la industria
petrolera, no se puede postergar más tiempo, pues el gobierno federal
no cuenta con los recursos suficientes para allegarse tecnología
de punta y capital que permita garantizar una explotación adecuada
de los yacimientos, asegurar nuevas reservas y una producción eficiente
que cubra la demanda que se acrecentará.
Refirió que en el presente sexenio se duplicó
-al pasar de 5 mil a 10 mil millones de dólares- la inversión
gubernamental en exploración y explotación de yacimientos
de hidrocarburos, y las expectativas principales son llegar a una producción
de 4 millones de barriles de crudo en el 2006 y hasta 7 millones de pies
cúbicos de gas por día en el mismo año.
''Si aceptamos que el camino del crecimiento es conveniente,
vemos que ahora debemos crecer más en cuanto al hallazgo de reservas
y la producción más elevada y eficiente del energético,
pero no hay recursos suficientes y es necesario buscar los esquemas que
permitan no sólo obtenerlos sino también conseguir la tecnología
y experiencia que en muchos casos México no posee''.
Hizo alusión al futuro desarrollo de las actividades
de Pemex en alta mar, principalmente en el Golfo de México y a grandes
profundidades, donde forzosamente se tendrán que buscar ''alianzas
estratégicas'' con trasnacionales que han desarrollado este tipo
de tecnología con éxito.
Por ello, llamó no sólo a ''hacer cambios
en las leyes que permitan avanzar a Pemex, sino pasar del monopolio estatal
y el uso masivo de recursos públicos, que deberían ser ocupados
en el sector social, a la inversión privada tanto nacional como
extranjera''.
Muñoz Leos recordó que desde hace tiempo
la paraestatal ha ensayado, ''apegada a la legislación constitucional'',
la participación de particulares en actividades por medio de los
contratos de servicios múltiples y ahora se requieren más
condiciones para ampliar esta intervención, facilitando la llegada
de capital y tecnología.
Reveló que con la Secretaría de Energía
se elaboró un proyecto de reforma que incluye dos temas esenciales
para la industria petrolera: uno es la modificación del régimen
fiscal de Pemex y el otro la autonomía de gestión. El primero,
abundó, permitirá concluir con el concepto de que la paraestatal
es un simple ente de recaudación fiscal y lograr que las utilidades
sean reinvertidas en proyectos de modernización, exploración
y producción.
La autonomía fiscal servirá para canalizar
las inversiones necesarias y fijar metas más agresivas en la producción
de productos petroleros. Citó que durante 2003 Pemex reportó
ventas récord por 650 mil millones de pesos en productos petroleros,
pero alrededor de 475 mil millones se fueron como soporte del presupuesto
de la federación.
''Es allí donde tuerce la puerca el rabo, porque
nos maniatamos para hacer más inversiones en nuestra propia infraestructura,
por la misma limitación financiera''.
Muñoz Leos añadió que el segundo
propósito es lograr que Pemex ''se maneje con una visión
de empresa privada altamente eficiente y competitiva, que no tengamos tantas
restricciones ni conflictos de intereses''. Estos cambios deberán
realizarse también en atención a que las reservas probables
en México se calcula rindan hasta 2015 y antes de que otros tipos
de energía desplacen a los hidrocarburos.
Por su lado, Elías Ayub destacó que la demanda
de energía eléctrica crecerá a 5.5 por ciento durante
los próximos diez años y, aunque no hay problemas para garantizar
ese abasto de fluido, agregó que se necesitan construir 57 nuevas
plantas generadoras de electricidad que se sumen a las 27 centrales que
operan actualmente.
En el sector precisó que se necesitan inversiones
por 50 mil millones de dólares, donde el gran reto para el país
será encontrar las fuentes de financiamiento para esos proyectos,
porque se prevé una férrea lucha por los recursos en los
mercados internacionales en la generación de energía eléctrica.
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