.. | México D.F. Miércoles 7 de julio de 2004
MARTA SAHAGUN: EL DESLINDE NECESARIO
Un
día después de la renuncia de Alfonso Durazo Montaño,
secretario particular y coordinador de Comunicación Social de la
Presidencia de la República, y en pleno vuelo rumbo a Brasilia,
el presidente Vicente Fox decidió romper el silencio y en breves
declaraciones rechazó tajantemente las aseveraciones contenidas
en la carta de renuncia de su ex asistente y vocero -a quien descalificó
y evitó llamar por su nombre- particularmente las que se refieren
a la intromisión del mandatario en el proceso de sucesión
presidencial y al impulso desde el ejercicio del poder a las aspiraciones
presidenciales de su esposa. Al respecto, declaró "Marta y yo sabemos
cuando dejar Los Pinos", y aseguró que después de 2006 ambos
se retirarán a su rancho y "ya no nos verán en política".
Insistió en tildar como "chismes" los severos señalamientos
de Durazo Montaño, a contrapelo de la reacción de la clase
política del país, incluidos algunos panistas, quienes le
han pedido que escuche y tome nota de las razones que tuvo un colaborador
de su círculo más cercano para retirarse del cargo.
Por lo pronto, falta por ver si este deslinde del presidente
Fox es suficiente para superar la grave distorsión que ha causado
en la vida política del país el indebido protagonismo de
su esposa y su coqueteo con la idea "dar continuidad al proyecto" foxista
más allá de 2006 mediante su candidatura presidencial. El
mandatario ha dicho en varias ocasiones que al término de su gobierno
se retirará a vivir a su rancho en Guanajuato, lo cual no ha sido
suficiente para convencer a su círculo más cercano ni para
despejar las dudas sobre el asunto. En gran medida esto se debe a la ambigüedad
que ella ha querido mantener sobre el tema, actitud que él mismo
ha secundado. Cabe recordar que en una ocasión declaró que
sólo era su esposo y correspondía a "la señora Marta"
tomar la decisión de contender por la Presidencia.
Si bien es cierto que Marta Sahagún no ha manifestado
de forma explícita ese deseo, ha jugueteado durante meses con tal
posibilidad, provocando crispación inclusive al interior del Partido
Acción Nacional y desatando fundadas sospechas sobre el aprovechamiento
indebido de su posición para usar recursos públicos en la
promoción de su imagen y de sus aspiraciones políticas. Peor
aún, tal situación ha distraído objetivos centrales
del gobierno y ha provocado el surgimiento de tensiones políticas
que "amenazan con hacer estallar al país", como señala Durazo
Montaño en su carta. No debe olvidarse que la renuncia, hace un
mes, de Felipe Calderón Hinojosa a la Secretaría de Energía
estuvo vinculada al tema de la sucesión presidencial. Como se sabe,
la dimisión se produjo luego de que el ex funcionario fue regañado
por el Presidente por haber manifestado públicamente su deseo de
ser candidato para el 2006 en un acto de proselitismo que tuvo lugar justo
un día después de que Sahagún repartió a la
prensa el documento de autopromoción "Marta Fox, una mujer de México",
en el contexto de la Cumbre de Guadalajara. Con justeza, Calderón
se quejó de inequidad en el trato frente a otros aspirantes panistas.
Por tanto, sería conveniente, para el fortalecimiento
del país y sus instituciones, que el mandatario atienda y reflexione
sobre las razones expuestas por su ex colaborador para dejar el cargo,
como se lo han sugerido representantes de los partidos de la Revolución
Democrática y del Revolucionario Institucional, quienes han coincidido
con las apreciaciones de Durazo Montaño sobre la situación
de riesgo en la que se encuentra, en particular, el sistema de partidos.
En este sentido, cabe destacar la reacción de José Sarukhán,
primer funcionario del gabinete foxista en separarse de esta administración,
quien reveló que lo hizo por las mismas razones que el ahora ex
secretario particular y vocero.
Para superar este descalabro político y desactivar
un posible conflicto como el que avizoró Durazo Montaño,
es urgente que el mandatario reitere, de frente a la nación, el
propósito de él y de su esposa de dejar Los Pinos en 2006,
como corresponde a los cánones constitucionales, y que la propia
Marta Sahagún confirme, sin ambigüedades, ese compromiso, a
fin de despejar toda duda.
Las distorsiones provocadas por el comportamiento de la
pareja presidencial ha hecho que el tema de la sucesión adelantada
desvíe la atención de los asuntos sustantivos de la agenda
nacional que requieren atención inmediata del Presidente y un compromiso
firme para resolverlos, más allá de un exhorto a sus colaboradores
para mantener una lealtad a toda prueba.
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