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México D.F. Domingo 30 de noviembre de 2003

Guillermo Almeyra

Fini-Sharon, un solo corazón

Gianfranco Fini, vicepresidente del Consejo de Ministros de Silvio Berlusconi y líder del partido neofascista Alianza Nacional, durante su actual viaje a Israel está estrechando la alianza entre el fascismo italiano y los fascistas del gobierno de Ariel Sharon y de la extrema derecha sionista. Sin pudor alguno, mientras en Italia lo desmiente su partido, por boca del diputado Francesco Storace, que es un clásico matón fascista anticomunista y antisemita, Fini visitó el Yad Vashem (monumento al Holocausto) y en un encuentro con los corresponsales italianos, pero no ante los israelíes, declaró "infames" las leyes raciales de Benito Mussolini y la alianza de éste con Adolfo Hitler. El diario Haaretz dice que condenar no es lo mismo que excusarse. El cotidiano Maariv, en cambio, sostiene nada menos que a más 2 mil años de haber destruido Jerusalén, "Roma" (Fini sería para ese diario Italia y Berlusconi el descendiente de los Césares) ayuda a Israel en su campaña contra el antisemitismo y el fundamentalismo islámico (Mussolini -se recordará- se hacía pasar, en clave antinglesa, como el sable del Islam).

Fini sería entonces una barrera fascista contra el supuesto antisemitismo de la mayoría de los europeos que consideran criminal la política de Sharon y peligrosas para la paz mundial las decisiones de Israel. El silogismo de Sharon es simple: el "rey Arik" es Israel (los pacifistas judíos o la izquierda sionista serían en realidad antisraelíes) e Israel es el mundo judío, o sea que quien se opone a Sharon o a Israel es un antisemita, pero no un fascista, porque su mismo gobierno es fascista y porque los fascistas italianos llegan ahora a apoyarlo, como llegó a visitar al criminal de guerra y corrupto Ariel Sharon el delincuente Silvio Berlusconi, que para huir de la justicia debe hacer aprobar una ley que le atribuye impunidad. El editorialista de Maariv añade que prefiere darle la mano a Fini que al laborista Simón Peres y el de Yediot Ahronot critica a la izquierda de Israel por atacar a un miembro del gobierno de "uno de los pocos países amigos que tenemos" (ya que sólo Bush y Berlusconi son amigos de Sharon). O sea que es mejor un fascista aliado que un sionista de izquierda que traba la política fascista de Sharon y su gente...

Esta alianza entre la ultraderecha sionista y el fascismo no es nueva. Durante la guerra, Menahem Begin y Yitzaak Shamir (ambos fueron luego primeros ministros de Israel) buscaron activamente una alianza con Hitler y Mussolini; pidieron al primero que dejase salir hacia la Palestina árabe a los judíos alemanes a cambio del apoyo de su ala del sionismo a la lucha contra los aliados. Esos sionistas fascistas y racistas antiárabes, como Fini, cambiaron después de línea por razones oportunistas, pero jamás se excusaron por su pasado.

Tampoco es nuevo el apoyo de la gran burguesía italiana, incluida la judía, al fascismo, apoyo que hoy se demuestra, por ejemplo, en la prensa comercial italiana y en la falta de reacciones de buena parte de la comunidad judía ante el cinismo obsceno del señor Fini. La mayoría de la burguesía italiana abandonó en realidad la nave mussoliniana cuando ésta se hundía; los jefes de entonces de la comunidad judía sólo lo hicieron tras las leyes antirraciales, no antes. Fini intenta así, con su política proisraelí, dos objetivos básicos: dar señales fuertes al gobierno de Bush y unificar de paso a la burguesía italiana cuando el gobierno del aventurero Berlusconi se tambalea. Inclusive a costa de chocar con el clásico antisemitismo de la base fascista y de perder parte de su tropa de choque, Fini sigue apostándole al papel de chacal en la alianza entre las bestias de Washington y de Tel Aviv y cada paso hacia Sharon lo aleja más de Europa, de la democracia, del propio Vaticano.

Hay en la izquierda "respetuosa" italiana quien asiste embarazado a este espectáculo, porque esa llamada "izquierda" también quiere satisfacer a Bush y acercarse al gobierno de Israel; tiene, además, entre las patas el problema de la participación de Italia -que ella aprobó- en la ocupación de Irak (que Fini y Sharon quieren mantener indefinidamente, ya que la política antiárabe es, por lógica elemental, una política antipalestina).

ƑQué van a hacer los Tony Blair italianos, los Máximo DƀAlema, los Piero Fassino que, además, no se caracterizan ni por sus principios ni por su inteligencia? ƑPara ganar algo de terreno contra Berlusconi van a entrar en conflicto con George W. Bush y con la burguesía italiana? ƑO se harán los suecos, simulando no estar enterados de nada y esperando que la pera del gobierno se pudra por sí sola y les caiga en las manos? ƑY qué harán los judíos de la Diáspora ante esta alianza fascista que, para mayor escarnio, es presentada nada menos que como una barrera contra el antisemitismo de las democracias europeas? ƑEl fascismo no tiene nada que ver con el Mal? ƑHa pasado definitivamente del lado del Bien para defender al Mundo Libre de nosotros, los nuevos bárbaros, musulmanes, indios, pobres, desocupados?

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