Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 2 de febrero de 2003
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Política

Nueve prelados observan preocupantes desencantos tras "el triunfo de la democracia"

Incierto, el cambio por el que apostaron los ciudadanos en 2000, afirman obispos

Desde el occidente del país, exhortan a feligreses a razonar el voto el próximo 6 de julio

ALMA E. MUÑOZ

Los obispos de la región occidental del país consideran que tras las elecciones de 2000 "se han venido acumulando preocupantes desencantos que parecieran haber transformado el triunfo de la democracia en fracaso".

En mensaje al pueblo católico con miras a la próxima jornada electoral, los nueve prelados -encabezados por el cardenal Juan Sandoval Iniguez- sostienen que "la incertidumbre, el desánimo y la desilusión por la recién estrenada democracia pueden convertirse en abulia y desinterés por la vida pública, y derivar en la ausencia de liderazgos efectivos que conduzcan a las instituciones por caminos de justicia y progreso para todos".

En un escrito de 37 puntos, lamentan que el cambio por el que apostaron los ciudadanos en 2000 sea incierto y poco efectivo, al grado de que hoy se registra un bajo crecimiento económico, se agravan los problemas del campo y crece el deterioro de la vida social.

Denominada Corresponsabilidad en las elecciones federales y estatales de 2003, la comunicación exhorta a los feligreses a participar en la jornada del 6 de julio próximo con un voto razonado, personal, libre y secreto, y recomiendan hacerlo a la luz del Evangelio, "superando todo relativismo moral y laicismo mal entendido".

"Exigen" a los políticos trabajar por el bien común y amor a la patria; pugnar por ejercer una "clara mística" de servicio, que sacrifique el egoísmo y las banalidades de la gloria pasajera y, como gestores de la vida económica, intelectual y política, asumir con responsabilidad la tarea que su papel social les demanda.

Ello para mejorar los rezagos en salud, falta de empleo o de oportunidades para la educación. Insisten, como prácticamente cada periodo electoral, en la necesidad de superar las actitudes cerradas a toda propuesta ajena y mantener la apertura sobre todo cuando se trata del clamor de los pobres y marginados.

"El quehacer político en la vida social comporta los mismos anhelos del Reino de Dios y los hace progresar o los contradice hundiendo a la sociedad en el caos, la crisis y la desesperanza. Por ello, en la carta pastoral de los obispos mexicanos de marzo de 2000, enfatizábamos en que es necesario insistir en que una democracia, sin un entramado institucional y cultural fundado en valores y principios basados en la dignidad humana, fácilmente degenera en demagogia y en fórmulas políticas contrarias a la libertad y a la justicia."

Recuerdan a los candidatos a puestos de elección popular que la sociedad "sigue esperando una actuación responsable en los gastos de campaña y propuestas que manifiesten su compromiso con la sociedad, antes que la descalificación del adversario y la superficialidad de desplantes publicitarios que pueden dar la impresión de que gana quien más gasta". Por tanto, refieren que los triunfadores, en ejercicio del poder, deberán mantener su "propósito inamovible de servir con eficacia y honradez sin dar gusto a grupos de presión, alianzas o compadrazgos".

A quienes sean derrotados los exhortan a no asumir una "actitud negativa", sobre todo cuando México vive la "transición paulatina a la democracia y esto significa corresponsabilidad en la vida pública.

Consideran que "una forma concreta de construir el Reino de Dios en la vida pública es actuar con responsabilidad en las elecciones próximas". Por tanto, precisan que no caben "excusas de ninguna clase, a fin de eximirse de la noble tarea de seleccionar a los mejores servidores públicos que lleven al país y a las entidades locales a mejores condiciones de vida, convivencia y progreso".

Manifiestan que el "parto doloroso del cambio democrático puede generar desánimo en quienes exigen transformaciones más aceleradas. Esto no ha de disminuir el amor y el compromiso por un México unido y progresista, que supera el lamentable espectáculo que dan las facciones que se anulan mutuamente".

Remarcan que para la sociedad mexicana la transformación elegida en 2000, aunque "ha sido pacífica es incierta; estable, pero poco efectiva; llena de expectativas, pero con pocos resultados que satisfagan a la sociedad".

Además del arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, signan el mensaje -que se difundirá hoy, Día de la Candelaria- los obispos auxiliares J. Trinidad González Rodríguez, Miguel Romano Gómez, Benjamín Castillo Plascencia, Rafael Martínez Sainz y José María de la Torre Martín. Además, los obispos Javier Navarro Rodríguez (San Juan de los Lagos), Lázaro Pérez Jiménez (Autlán), Gilberto Valbuena Sánchez (Colima), Ramón Godínez Flores (Aguascalientes), Antonio Pérez Sánchez (El Nayar), Alfonso H. Robles Cota (Tepic), Fernando Mario Chávez Ruvalcaba (Zacatecas) y Rafael León Villegas (Ciudad Guzmán).

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