Economía
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La salida del TLCAN, menores remesas e impuesto fronterizo, con el mismo efecto

Riesgo a la baja de recesión por medidas de Trump: Merrill Lynch

El país sufriría desaceleración económica mientras se ajusta a un menor financiamiento externo

Las políticas del presidente de EU son díficiles de ejecutar y su impacto sería a mediano plazo

 
Periódico La Jornada
Martes 14 de febrero de 2017, p. 18

La aplicación de un mayor impuesto fronterizo por Estados Unidos para empresas que fabrican sus productos en México pero los comercializan allá, la salida de la vecina nación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) o la interrupción de remesas podrían generar recesión en la economía de México, advirtió Bank of América Merrill Lynch (BofAML), pero al mismo tiempo acotó que son riesgos a la baja.

Asimismo, aseveró que México enfrenta otros riesgos al alza, como el crecimiento de la economía de Estados Unidos, y riesgos domésticos, como mayor descontento social, una baja de 9 por ciento en la producción petrolera y más aumentos en los precios de los energéticos.

La firma previó mayor inflación y caída de la inversión extranjera, así como la reducción de 5 por ciento en las remesas para México este año, pero atribuyó esto a un ajuste por el aumento que se registró el año pasado antes de las elecciones de Estados Unidos.

Esperamos que la economía mexicana crezca 1.25 por ciento en 2017, con ciertos riesgos de pérdida, con aumento en la inflación de 5.5 por ciento, precisó en un análisis Carlos Capistrán, economista en jefe para México de BofAML.

La reducción de inversión, indicó, representa un canal importante para una potencial desaceleración. Hemos incorporado en nuestro escenario base una caída de 2 por ciento en términos reales en la inversión (de una base ya muy baja) y de 35 por ciento en la inversión extranjera directa (IED), ambas con riesgos a la baja, precisó.

Medidas anticomercio

Si se ponen en marcha las medidas anticomercio de Trump, las tarifas más altas en los productos mexicanos podrían reducir las exportaciones mexicanas, lo que empeoraría el déficit de cuenta corriente y desaceleraría el crecimiento. La depreciación del peso contrarrestaría esto, en parte. México y Estados Unidos son socios en la producción y las medidas proteccionistas dañarían ésta y aumentarían los precios en ambos países.

Merrill Lynch previó que lo más probable para México sea una desaceleración económica mientras se ajusta a un menor financiamiento externo. Un descenso en el consumo e inversión puede llevar tiempo, ya que el peso continúa actuando como amortiguador, cambiando el gasto hacia bienes y servicios locales, pero no será realmente visible hasta mediados de 2017.

La firma aseguró que México se encuentra atrapado entre las elecciones de Estados Unidos de 2016 y los comicios presidenciales locales, que se celebrarán a mediados de 2018, debido a que generan mayor incertidumbre y menos inversión.

Advirtió que si se ponen en práctica las políticas antinmigrantes, se reducirán aún más las remesas, deteriorando la cuenta corriente e incrementado la fuerza laboral en México. Si bien consideró que la salida de migrantes indocumentados de territorio estadunidense, la confiscación o imposición de impuestos a las remesas o la construcción del muro fronterizo resultan díficiles de ejecutar, de concretarse, señaló, sus efectos no se darán este año, sino a mediano plazo.

La caída petrolera, aunada a la reducción del gasto público de 1 a 1.5 por ciento del producto interno bruto (PIB), podría ocasionar desaceleración por el lado de la oferta y la demanda de la economía de 2017, respectivamente. La demanda también podría verse afectada por políticas monetarias más estrictas y la reducción de salarios reales.

La inflación mayor, puntualizó la firma, representa un aumento sustancial del costo de vida, no solamente debido al impacto directo de los altos precios, sino también porque desencadena el incremento de las tasas de interés reales y la reducción de los salarios reales. Por ello consideró que el Banco de México necesita una política monetaria estricta para mantener la expectativa de la inflación bajo control y previó que la institución aumentará la tasa de interés dos veces más para llegar a 6.75 por ciento, es decir, 50 puntos más que ahora.