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Colecciones de Chanel y Dior reivindican la tradición y el legado del trabajo artesanal

El arte de las costureras es otra historia; sin ellas la alta costura no existiría: Lagerfeld

“No tengo nada contra el fast fashion, pero estas piezas no son sacadas así nomás”, afirmó

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Karl Lagerfeld, el káiser de la moda, presentó un desfile que puso en escena a las costureras de los talleres Chanel. Mientras las modelos deambulaban por la pasarela, en segundo plano se podía ver cómo planchadoras y petites mains producían el gran lujo, como hace 100 añosFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de julio de 2016, p. a11

París.

Mientras la industria de la moda vive una era de cambios, la alta costura reivindicó su excelencia artesanal con la colección de Karl Lagerfeld para Chanel presentada ayer.

Un día después de que Dior apeló a los códigos del legado de su fundador con una colección en blanco y negro, Lagerfeld hizo lo propio con un desfile que puso en escena a las costureras de los talleres Chanel.

Las modelos deambularon mientras en segundo plano podía verse a obreras de confección, planchadoras y petites mains atareadas cosiendo, cortando o prendiendo alfileres.

Sin estas damas, la alta costura no existiría, dijo Lagerfeld. Es divertido que la gente pueda ver cómo se hace el gran lujo y que se fabrica como hace 100 años.

La colección de 70 siluetas presentó múltiples variantes del famoso tailleur inventado por Coco Chanel, con la innovación para el próximo otoño-invierno de hombros sesgados en ochava.

La reivindicación de la tradición artesanal y de su legado sonó como una reafirmación de territorio por parte de las dos puntas de lanza de la moda francesa que constituyen Dior y Chanel.

Sobre todo ante los vientos de cambios que hace soplar sobre la industria la llamada fast fashion y marcas iconoclastas como Vetements, que están alterando el calendario tradicional de las temporadas para obtener rendimientos más jugosos. Esto es verdaderamente artesanal, no son piezas sacadas así nomás, dice Lagerfeld. “No tengo nada en contra de la fast fashion, pero esto es otra historia”, dijo el káiser de la moda.

Hacer soñar y vender

La puesta en escena de su propio taller en el desfile montado en el Grand Palais –el verdadero está a escasas seis cuadras, en la calle Cambon– apenas incluyó a las costureras y no a las decenas de oficios artesanales que trabajan plumas, plisados o marroquinería y que intervienen en la fabricación de cada modelo de alta costura.

Y como Lagerfeld no da puntada sin hilo, exhibir la ardua tarea de fabricación de los modelos –algunos de los cuales demandan cientos de horas de trabajo– permite al pasar mostrar por qué son tan caros. La modelo británica Edie Campbel cerró el desfile como novia en chaqueta rosada con cola de plumas y pantalones amplios satinados. Me encanta una novia de pantalones, dijo Lagerfeld. La próxima vez voy a poner una de más de 40 años, pero vestida de azul marino.

La semana de la alta costura concluye este miércoles con el esperado desfile de Valentino y la probable última colección conjunta a cargo de Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli: la italiana está a punto de ser nombrada al frente de la creación de Dior, sucediendo al belga Raf Simons.

Otros diseñadores que presentaron sus colecciones en París también defendieron el estatuto de la alta costura, su aporte a la creatividad y al arte de vida occidental, entre ellos el italiano Giambattista Valli.