Editorial
Ver día anteriorLunes 14 de septiembre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Gran Bretaña: el peligroso es Cameron
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ras la elección del diputado Jeremy Corbyn como líder del opositor Partido Laborista, el primer ministro británico, David Cameron, publicó el domingo en las redes sociales que dicha formación política es ahora una amenaza para nuestra seguridad nacional, nuestra seguridad económica y la seguridad de tu familia. Esta declaración forma parte de una campaña convocada por el gobernante Partido Conservador, el cual pidió reproducir el mensaje de que el Partido Laborista representa ahora un riesgo serio para nuestra seguridad nacional.

Para poner en contexto tales expresiones, es pertinente recordar que Corbyn es un legislador que ocupa un escaño en la Cámara de los Comunes de manera ininterrumpida desde 1983, y que el sábado 12 fue elegido por amplia mayoría (60 por ciento) como máximo dirigente del Partido Laborista, imponiéndose a otros candidatos con mucho más peso político y quienes contaban con el respaldo de figuras prominentes del laborismo. Corbyn se distinguió de sus contrincantes por un discurso de izquierda con el que se ha mantenido congruente a lo largo de toda su carrera, durante la cual ha votado en múltiples ocasiones contra la línea oficial de su partido, desde que éste dio un radical giro a la derecha a finales de la década de los noventa.

Lo que sorprende en la campaña de linchamiento emprendida por el conservadurismo británico es la impunidad con que el primer ministro y su partido tratan de engañar a los ciudadanos al satanizar a Corbyn, quien, a fin de cuentas, ha trabajado durante tres décadas bajo las reglas de lo que en Gran Bretaña se considera un sistema democrático, con todo y sus notorias inconsistencias.

De tal manera, los calificativos utilizados por Cameron resultan a todas luces desmesurados, pues colocan a un miembro del Parlamento británico en la misma categoría que las potencias occidentales adjudican a grupos armados como el Estado Islámico o Al Qaeda.

Con la condena en semejantes términos contra un miembro del mismo sistema político del que forma parte, David Cameron ha dejado al descubierto que la amenaza a lo que se tiene por democracia y legalidad en las naciones de Europa proviene en realidad de la postura totalitaria con que las fuerzas de la derecha pretenden excluir las propuestas que difieran en cualquier medida de las suyas: en suma, el corrimiento del conservadurismo británico hacia la extremada intolerancia política, y en particular este más reciente desfiguro verbal de Cameron, no pueden interpretarse sino como una toma de posición que linda con un designio de exclusión de sus rivales políticos por métodos propagandísticos propios de las dictaduras totalitarias.