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Número 225
Jueves 9 de Abril del 2015


Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus



pruebate

Andamiaje corporal: salud de la columna

Las lesiones y el dolor de espalda están entre los padecimientos más comunes. Paradójicamente, una serie de buenos hábitos podrían prevenir su aparición, sin embargo, la persona promedio suele hacer lo contrario a ellos. La clave está en evitar que la columna trabaje sola, de manera que los músculos puedan cumplir su función.

Rocío Sánchez

Cuando se quiere hacer referencia a que algo es el sostén de otra cosa, se dice que es su columna vertebral. En el cuerpo humano, esta estructura ósea es la que mantiene la postura erguida y es el punto de partida para los diferentes movimientos.

La columna es también una estructura compleja que en su interior contiene a la médula espinal. Ésta es el conducto que comunica al cerebro con el resto del cuerpo, a través del envío y transportación de impulsos nerviosos hacia todo el organismo. Es por eso que las lesiones en la delicada y milimétrica disposición de la columna pueden dejar a una persona incapacitada para mover ciertas extremidades o ninguna en absoluto.

Sin bien no todas las lesiones son tan graves, basta con hacer un movimiento erróneo o repetirlo constantemente para comenzar a dañar la espina dorsal y de esta manera disminuir la calidad de vida de una persona, que podría sufrir dolor, contracturas musculares, disminución de la fuerza o deformaciones permanentes.

Cada cosa en su lugar
La columna vertebral está compuesta por 33 huesos llamados vértebras, que se dividen en secciones. La sección ubicada justo debajo del cuello es la cervical, integrada por siete vértebras. Más abajo está la torácica que contiene 12 vértebras. Después se ubica la sección lumbar con cinco vértebras. Debajo aparece la zona sacra, que incluye cinco vértebras que se fusionan en una sola estructura (el sacro). Finalmente está la sección coccígea, que fusiona cuatro vértebras en lo que comúnmente se llama cóccix.

Mirando de frente a la persona, una columna sana es aquella que está recta, es decir, sin doblarse ni caerse hacia la derecha o la izquierda. En cambio, si se mira el cuerpo de perfil, la espina debe tener cuatro curvaturas; las primeras tres de ellas (de arriba hacia abajo) forman algo parecido a una gran “s”. En las zonas cervical y lumbar, la curvatura va hacia la parte posterior de la persona, mientras que en las zonas torácica y sacro-coccígea, la curva va hacia el frente.

La curva lumbar, por ejemplo, se forma cuando un niño o niña gatean, mientras que la cervical se constituye cuando un bebé comienza a levantar y sostener su cabeza por sí mismo. La carencia de tales curvas, o bien,
la exageración de éstas, supone una deformación en la columna vertebral y trae consigo algunos problemas de salud.

Entre cada vértebra se encuentra un tejido gelatinoso, llamado núcleo pulposo, que se encarga de amortiguar la interacción entre esos huesos (al caminar, correr o cargar objetos pesados, por ejemplo). Este núcleo está contenido por un anillo de tejido fibroso que lo mantiene en su lugar, pero si se aplica demasiada presión a la columna, el núcleo puede salirse de su sitio, dando origen a una hernia de disco.

Trabajo en equipo

Para la buena salud de la columna, la recomendación general es no dejar que haga más trabajo del que le corresponde. Sostener todo el peso del cuerpo, cargar objetos pesados o incluso buscar un buen equilibrio mientras se está sentado no son tareas que deba soportar por sí sola. Los músculos deben apoyar y, en la mayoría de los casos, absorber todas aquellas cargas que son demasiadas para una estructura tan sensible.

Así, la musculatura del abdomen y de la espalda son las primeras que deben entrar en acción para evitar someter a la columna a demasiada presión. Si la persona se sienta curvando indebidamente su espalda –como formando una joroba–, los discos intervertebrales se presionan y pueden llegar a desgastarse si esa postura se adopta reiteradamente o durante muchas horas cada día. Ya sea en trabajo de oficina o en un empleo como chofer de tractor, lo recomendable es siempre usar los músculos de abdomen y espalda para mantener la espalda erguida.

Si al estar sentado es posible maltratar la columna, más aún durante actividades cotidianas. Cargar las bolsas del supermercado, levantar en brazos a un niño o mover los muebles de la casa pueden perjudicar la columna o sus estructuras si no se hace correctamente. Por ejemplo, el principal error es intentar levantar del piso un objeto pesado agachándose mediante la flexión de la cintura en lugar de doblando las rodillas. Es cierto, cuesta más trabajo hacer una sentadilla para levantar la carga, pero esto es justamente porque la fuerza la hacen los músculos de las piernas y no la espalda baja. Además, estos movimientos deben hacerse suavemente (nunca burscos).

Por otro lado, estar de pie durante mucho tiempo también puede acarrear problemas, pero éstos pueden evitarse con algunas sugerencias. La básica es pararse derecho, esto es, mantener las escápulas (los huesos grandes de la espalda) hacia atrás y hacia abajo, y la espalda recta. La cabeza debe tener la mirada al frente y tomar como referencia que las orejas queden arriba de la parte media de los hombros. Si es necesario estar más de 15 minutos de pie (planchando o cocinando, por ejemplo), los especialistas recomiendan utilizar un banco pequeño para poder subir uno y otro pie, alternadamente, cada tanto tiempo.

Finalmente, al dormir también debe ponerse especial cuidado en la espina dorsal. Las posturas más favorecedoras son boca arriba o de lado. En el primer caso, se recomienda colocar una almohada debajo de las rodillas, lo que ayuda a mantener las curvas naturales de la columna. En el segundo, lo mejor es adoptar una posición fetal y poner una almohada entre las piernas para mantener los huesos de la cadera sin alteración. Los médicos ortopedistas no recomiendan dormir boca abajo con la cabeza hacia un lado ni utilizar una almohada demasiado grande, pues esto forzaría a las vértebras cervicales a adoptar posiciones que no son naturales.


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