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En 2014 se llevaron a cabo 607 en 22 países, indica la organización

Irán, Arabia Saudita, Irak y EU, los países que realizan más ejecuciones: AI
 
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de abril de 2015, p. 20

Londres.

Amnistía Internacional denunció este miércoles en su informe anual sobre la pena de muerte un aumento por cinco de las condenas en 2014, por culpa de Egipto y Nigeria, pero un descenso en las ejecuciones.

Ningún país latinoamericano condenó o ejecutó a nadie, constata el informe. El único país americano que persiste en ejecutar es Estados Unidos, con 35 casos en 2014, cuatro menos que el año anterior.

En total hubo 607 ejecuciones en 2014, lo que indica un descenso de 22 por ciento respecto de 2013, en 22 países, los mismos que el año anterior.

Estados Unidos sigue en el grupo que encabeza los países que más ejecutan, superado sólo por Irán (289 oficialmente reconocidas y 454 no declaradas), Arabia Saudita (al menos 90) e Irak (al menos 61).

Sólo siete entidades de Estados Unidos realizaron ejecuciones en 2014, por nueve del año anterior. Cuatro –Texas, Misuri, Florida y Oklahoma– acumularon 89 por ciento de las ejecuciones.

Las sentencias de muerte también cayeron en Estados Unidos, de 95 en 2013, a 77 en 2014.

Como en años anteriores, el informe no incluye las miles de personas ejecutadas en China, donde los datos relativos a la pena de muerte son secreto de Estado, pero Amnistía afirma que las cifras superan a las del resto del mundo junto.

AI constata además un alarmante aumento del recurso a la pena de muerte para luchar contra amenazas reales o percibidas a la seguridad del Estado relacionadas con el terrorismo, el delito o la inseguridad interna.

Destacan los casos de Nigeria y Egipto, que atraviesan tiempos de inestabilidad política.

De las 2 mil 466 condenas a muerte de 2014, 659 fueron impuestas en Nigeria y 509 en Egipto, en ambos casos más de 500 que en el año anterior.

Cuando los gobiernos dicen que usan la pena de muerte en respuesta al delito y al terrorismo, se equivocan; la pena de muerte no es la solución, dijo Audrey Gaughran, dirigente de Amnistía Internacional, en una conferencia de prensa en Londres.