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La presencia militar no es proporcional a las tareas que va a cumplir: partidos opositores

EU emprende misión humanitaria en Costa Rica, tras fuerte polémica

El buque Iwo Jima llega con infantes de marina, médicos e ingenieros

Autoridades costarricenses afirman que es mejor que transiten por el país soldados estadunidenses que traficantes de droga

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El buque Iwo Jima en Puerto Limón, en la costa caribeña costarricense, donde estará atracado hasta el 30 de agosto, cuando concluya la misión humanitaria Promesa Continua 2010 Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 23 de agosto de 2010, p. 22

Limón, 22 de agosto. En medio de una polémica por el permiso concedido hace seis semanas por el Congreso de Costa Rica para que una flota de 46 barcos de guerra estadunidenses atraque en este país, a fin de combatir el tráfico de drogas, el buque Iwo Jima emprendió hoy aquí una misión humanitaria, en una de las zonas más pobres del territorio costarricense, en la primera escala de una gira que incluye Haití, Colombia, Guatemala, Guyana, Nicaragua, Panamá y Surinam.

El Iwo Jima es un portahelicópteros de 257 metros de largo perteneciente a la fuerza naval de Estados Unidos, comandado por Thomas Negus, y servirá de base de las operaciones de asistencia a la poblacion civil, dentro de un programa llamado Promesa Continua 2010, que terminará el 30 de agosto.

El barco lleva mil tripulantes, 500 infantes de marina, 150 médicos, 50 ingenieros y 100 voluntarios que pretenden realizar 300 operaciones para aliviar el trabajo del hospital de Limón, dar consulta externa diariamente a mil 200 pacientes y poner clínicas móviles en Bribrí y Siquirres para atender 250 personas por día.

Un centenar de infantes de marina harán operaciones en tierra sin portar armas, según información de la embajada estadunidense en San José. Entre sus planes está la capacitación a policías locales en labores de acceso a zonas remotas y primeros auxilios. En el barco vienen seis helicópteros H-46 para transportar suministros.

Siete mil soldados podrán quedarse hasta diciembre

De acuerdo con la prensa costarricense, el texto del acuerdo bilateral incluye el permiso de entrada a fuerzas estadunidenses para quedarse en Costa Rica entre el primero de julio y el 30 de diciembre, dando luz verde a 7 mil soldados, 46 barcos de guerra, 200 helicópteros de artillería y 10 aviones AV-8B Harrier de combate puestos a prueba durante la guerra del Golfo. Incluye además la exigencia estadunidense de que su personal en Costa Rica pueda disfrutar de libertad de movimiento y derecho de realizar las actividades que considere necesarias para su misión, de acuerdo con una nota enviada el 2 de junio por el Departamento de Estado al gobierno costarricense.

Los partidos que se opusieron a la decisión de la Asamblea expresaron que la presencia militar estadunidense no es proporcional al objetivo que viene a cumplir, y criticaron las condiciones de plena libertad para efectuar su misión.

El Partido Frente Amplio invitó a la población a reflexionar sobre la importancia que tiene la región para Estados Unidos, a la cual considera su área de influencia, y aludió a su estrategia de dominar la región centroamericana en su totalidad, tras el golpe de Estado en Honduras en 2008, y el acuerdo entre Washington y Bogotá para que tropas estadunidenses utilicen siete bases colombianas.

A pesar de que desde 1948 Costa Rica abolió al ejército nacional, la presidenta Laura Chinchilla se defendió por medio de su ministro de Seguridad, José María Tijerino, explicando las condiciones del acuerdo, y reiteró que los 7 mil efectivos estadunidenses no llegarán de manera simultánea y que se tratará de grupos de apoyo al servicio de guardacostas.

Tijerino y el comisionado antidrogas costarricense, Mauricio Boraschi, dijeron que no había interés en militarizar el patrullaje conjunto que Estados Unidos y Costa Rica realizan desde 1999, y recalcaron que era preferible que transitasen por el país soldados estadunidenses que sicarios o traficantes de droga.

Aunque voceros de la embajada estadunidense han afirmado que la visita iniciada este fin de semana en Puerto Limón tiene solamente propósitos humanitarios, esto no ha calmado a organizaciones políticas y sociales locales.

El número 46 parece ser muy famoso ahora, dijo la embajadora Andrews, y agregó que el número real de buques de guerra de su país que podría recalar en Costa Rica para reabastecerse de combustibles o alimentos sería de entre 10 y 20.

La diplomática ha alegado que la llegada de los buques no implica riesgo para Costa Rica, pues la amenaza real es el aumento de drogas en el istmo.

Con todo, un partido opositor acudió a la Corte Constitucional para que revoque el permiso de recalar a esa flota naval.

Costa Rica es un país de paz. No me gustaría ver barcos de guerra aquí, dijo el activista Gerardo Brenes de la ONG Centro de Amigos para la Paz, mientras la embajadora Andrews ha insistido en que la única invasión que verán los costarricenses con la llegada del Iwo Jima será la de trabajadores humanitarios para llevar ayuda y desarrollo a la provincia de Limón.