Tiempos de facciosos, tiempos de simuladores, tiempos de información falsa, tiempos de maridajes, tiempos de complicidades, tiempos de conspiraciones y el resultado en todo este entramado fascista, el Poder Judicial, a través del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, TRIFE, alterando “pruebas” de la denuncia de violencia política de género, impone la “ley mordaza” al Presidente López Obrador, que es festinada por la oligarquía mediática que al mismo tiempo victimiza al fiscal del estado de Morelos, Uriel Carmona, convertido en cómplice del feminicidio de Ariadna Fernanda López, 2022, al obstaculizar la justicia… Si el periodismo es el primer borrador de la historia, en nuestro país, en los últimos 50 años ésta ha sido incompleta pues los libros de texto gratuitos fueron omisos de hechos que avergüenzan a los mexicanos, una generación de niños se convirtieron en adolescentes y adultos desconociendo por qué confundieron al Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en 1993; por qué mataron, en 1994, a Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI; por qué ejecutaron, ese mismo año, a José Francisco Ruiz Massieu, secretario general del PRI; por qué con el aval de Diego Fernández de Cevallos, quemaron las boletas de la elección fraudulenta de 1988; por qué se omitió el fraude electoral de 2006; por qué hubo silencio de las miles de irregularidades electorales cometidas para hacer presidente a Enrique Peña Nieto, 2012; por qué se convirtió en deuda pública el rescate bancario, ahora conocido como Fobaproa; por qué con el comunismo, como justificación, ocurrió la masacre de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968, ordenada por Díaz Ordaz, comandante de las fuerzas armadas; por qué se manipuló la información del “Halconazo” del 10 de junio de 1971, durante la administración de Luis Echeverría; por qué, con “La verdad histórica”, se trató de proteger a las autoridades involucradas en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014; por qué desde los pasillos de la SCJN se evitó que fueran involucrados los verdaderos culpables del incendio de la guardería “ABC”, 2009, cuyo saldo fue 49 niños calcinados; por qué silenciaron la represión física, sexual y psicológica del 3 y 4 de mayo de 2006 en contra habitantes de San Salvador Atenco; por qué Vicente Fox y Felipe Calderón, fueron cómplices de Ulises Ruiz, ante la represión desatada en junio de 2006, contra maestros y la APPO, de todo ello poco se habló y nunca se abundó, el Poder Judicial, simplemente calló. En tiempos de libertad de prensa y libertad de expresión, atestiguamos la andanada propagandística por ”la ley mordaza” contra el Presidente López Obrador (sin precedentes) impuesta por el TEPJF, ante denuncia presentada por la aspirante presidencial Xóchitl Gálvez, so pretexto de “violencia política de género”, pero ni el INE ni el tribunal se percataron que Xóchitl Gálvez, el pasado 21 de julio en la cantina “La Antigua Paz”, ante la prensa la ciudad de Chihuahua, se hizo el hara-kiri o se suicidó políticamente, al desgustar “la especialidad de la casa”, acción vergonzosa para una mujer (¿no es violentarse ella misma?) que fue silenciada, excepto en redes sociales… La red propagandística opositora pasa por alto otra parte de la historia negra que empañó a México: Quién ordenó matar a Genaro Vázquez Rojas y a Lucio Cabañas, en qué sexenio asesinaron a Rubén Jaramillo y a su familia, olvida la guerra sucia que originó desapariciones forzadas, los 600 muertos en la campaña presidencial del 88 no son cosa aparte. Los ex presidentes involucrados, fueron y son intocables de la SCJN y esto no es “virus comunista”.

(Director de El Correo de Oaxaca)