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Reportaje Especial

2022-12-12 07:40

Café, bebida para la creatividad

El famoso café La Habana en la Ciudad de México.
El famoso café La Habana en la Ciudad de México. Foto Francisco García Noriega

La cafeína, que contiene el café, provoca en los seres humanos un aumento de la capacidad para la detección y reacción ante estímulos externos e internos; “si una persona ha practicado cierto tipo de habilidades cognitivas que promueven la creatividad, le da condiciones más óptimas, no la hace mágicamente creativa”, explicó el escritor y neurosiquiatra Jesús Ramírez-Bermúdez.

En entrevista con este diario, el especialista sostuvo que “muchas personas creativas en diferentes ámbitos, ya sea en las artes, las ciencias, la tecnología o en otras áreas de la actividad humana se han apoyado en diferentes tipos de sustancias que al interactuar con la bioquímica de nuestro cerebro ejercen efectos específicos sobre sus diferentes sistemas”.

En la actualidad, se cree que la cafeína es el sicoestimulante más consumido en el mundo, no sólo en el café, sino en el té, el chocolate, bebidas de cacao, algunos refrescos y las bebidas energéticas.

Refirió que la cafeína es un antioxidante alcaloide del grupo de las xantinas, es antagonista de los receptores del neurotransmisor adenosina, que cuando se estimulan producen un estado de somnolencia.

“En la esfera sicológica, el uso de la cafeína produce un aumento en nuestra capacidad para la detección de estímulos que provienen del medio externo o exteroceptivo o de los originados en nuestro propio cuerpo, conocidos como interoceptivos o propioceptivos”.

Ramírez-Bermúdez (Ciudad de México, 1973) agregó que la cafeína “cambia los tiempos de la operación neurosicológica, de manera que cuando se toma café uno de los primeros efectos en nuestra experiencia consciente es la aceleración de los procesos sicológicos, tanto de percepción como de acción y todo lo que hay en medio, o sea, procesos propiamente cognitivos”.

El autor de La melancolía creativa mencionó que cada quien “desarrolla su propia manera de incorporar la cafeína a su organismo y a sus ritmos creativos. Yo tomo café siempre en la mañana y típicamente durante unas tres o cuatro horas, digamos de las 6 de la mañana hasta las 10, son ideales para ponerme a hacer trabajo científico o literario”.

El ganador del Premio Nacional de Ensayo Literario del INBA en 2009 abundó: “la creatividad no es el privilegio de unos cuantos genios, sino que todos podemos desarrollarla en mayor o menor medida. Tiene que ver con salirnos de los estereotipos, de los esquemas cotidianos”.

El jefe de la Unidad de Neurosiquiatría, del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, alertó que “la cafeína, al igual que casi cualquier otra sustancia sicoactiva, tiene un efecto que se conoce como de tolerancia, es decir que se requieren dosis cada vez mayores para producir el mismo efecto. Es conveniente darnos algunas pausas o algunos días que no tenemos tanta exigencia ambiental”.

Concluyó: “a pesar de los kilos de investigación que existen en todo el mundo, se han visto sobre todo beneficios y no se han identificado perjuicios para la salud, como sí sucede con casi cualquier otra sustancia sicoactiva. Es muy compatible con nuestros ritmos de vida, de producción y creo que por eso vamos a seguir consumiendo mucho café en todo el mundo”.

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