Ciudad de México. Standard & Poor’s (S&P) revisó de negativa a estable la perspectiva de la calificación crediticia a México y confirmó en BBB su evaluación, lo que implica que terminará este sexenio sin que se pierda el grado de inversión, como advertían algunos analistas económicos con el inicio de apoyos directos a Petróleos Mexicanos (Pemex) y luego con el inicio de la crisis por la pandemia de coronavirus.

“La perspectiva estable refleja nuestra expectativa de que prevalecerá un manejo macroeconómico cauteloso durante los próximos dos años, a pesar de un contexto mundial más complejo. Esperamos que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador siga políticas económicas que resulten en una dinámica fiscal y de deuda estable”, agregó la firma de riesgo.

S&P apunta que, además del manejo meramente técnico de las finanzas públicas, la huelga parlamentaria de partidos de oposición contribuyó a la mejor perspectiva, debido a que se descarta la aprobación de “iniciativas constitucionales que presionen el entorno de negocios” por el resto del sexenio. “El presidente López Obrador apunta a cerrar su mandato inaugurando proyectos emblemáticos y manteniendo una economía estable”.

En el plano político, la calificadora también advierte que el índice de aprobación del presidente, de alrededor de 60 por ciento, y el desempeño de su partido en las elecciones locales de junio, en las cuales ganó cuatro de seis gubernaturas, “subrayan la fortaleza y las perspectivas de Morena de cara a las elecciones de 2024”.

Agrega que “la perspectiva estable incorpora los complejos desafíos fiscales en Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, la cautelosa ejecución fiscal del soberano, la menor incertidumbre sobre la política energética y los avances en la inversión del sector privado relacionada con el comercio”. Lo anterior en medio de las presiones por la inflación, shocks de precios internacionales y el creciente riesgo de recesión en Estados Unidos.

La firma de riesgo prevé que la deuda se mantenga estable, en torno a 47 por ciento del producto interno bruto (PIB) por el resto de la administración, aun con“déficits ligeramente más altos” debido a los subsidios a las gasolinas; mientras el crecimiento es de 1.7 por ciento este año y 1.9 por ciento el siguiente, lo que hacia adelante deja expansiones “de tendencia mediocre”.

Luego de emitido el reporte de S&P, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público consideró que “esta mejora en la perspectiva junto con la ratificación de la deuda soberana permitirá continuar con un acceso favorable a los mercados internacionales y nacionales”; mientras el subsecretario del ramo, Gabriel Yorio, recordó que a la fecha dos agencias han mejorado la perspectiva del país a estable y seis han confirmado la calificación.

S&P matizó que podría haber recortes a la nota crediticia si hay retrocesos inesperados en la gestión macroeconómica; en el diálogo entre los socios del Tratado México, Estados Unidos y Canadá o si los apoyos a Pemex y CFE aumentan la deuda del gobierno federal. También podría darse un alza si se realiza una reforma fiscal que amplíe la base tributaria no petrolera.