La producción en el campo mexicano se enfrenta al alza de precios más alta en 23 años, al tiempo que el gobierno federal busca mitigar los efectos de la inflación de los alimentos para consumidores finales. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestra que en marzo los costos para los productores agrícolas del país fueron 19.73 por ciento más altos que en el mismo mes de 2021.

Dicho aumento en el Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) de la agricultura –el cual refleja los costos que tienen los insumos para el trabajo en el campo, como maquinaria, fertilizantes y semillas– terminó por ser el más pronunciado desde 1999, cuando también en marzo de ese año el incremento alcanzó 20.25 por ciento.

Los datos del Inegi muestran que por tipo de cultivo la producción de frutas y nueces fue la que se encareció más, 40.84 por ciento en un año; seguida por el que se realiza en invernaderos y viveros –la cual engloba también a la siembra de flores– que aumentó 36.35 por ciento.

Los costos para los productores de hortalizas avanzaron 14.53 por ciento y para los de semillas oleaginosas, leguminosas y cereales, en 13.26 por ciento. Todos se encuentran por arriba del alza en el INPP general, que refleja el precio de producir en todas las actividades productivas, incluidas los servicios y las industrias.

El Inegi muestra que en marzo el INPP general aumentó 10.36 por ciento respecto del mismo mes de 2022, prácticamente el doble del 19.73 por ciento que se reportó para la producción agrícola.

Este miércoles el gobierno federal presentará un “plan antiinflacionario”, que además de buscar un control en los precios de gasolinas, de gas, de diésel y luz, dará “impulso a las actividades productivas, sobre todo lo que tiene que ver con la siembra de alimentos”, adelantó el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina.