En este zarandeado cuan pandémico planeta cada uno habla de la feria según le va, y mientras en Europa ya no sienten lo duro sino lo tupido por el constante incremento de los precios en energéticos, los países productores de petróleo y gas sólo escuchan el tintineo de sus respectivas cajas registradoras y suman los ingresos extraordinarios generados por las sanciones que el “mundo libre” ha impuesto a Rusia tras la guerra en Ucrania.
Como era previsible, el conflicto bélico ha impulsado dichos precios a niveles que, en grado sumo, complican el de por sí enredado comportamiento económico europeo, al tiempo que exprimen los bolsillos de los consumidores, quienes de sus gobiernos, que no atan ni desatan, sólo reciben “consejos” para que “bajen el termostato”, se bañen con agua fría, recurran a la bicicleta para transportarse, coman de lata para no utilizar gas y cosas por el estilo. ¡Y eso que los rusos no han cerrado la llave!, aunque ahora cobran en rublos. Al mismo tiempo, los “malos de la película” tienen mercado suficiente para colocar su producción.Contrario a lo que sucede en otras latitudes, en México el aumento de los precios petroleros genera sustanciales ingresos extraordinarios, y el gobierno ya echó cuentas: cuando comenzó la guerra en Ucrania el barril mexicano de exportación cotizaba en 85.55 dólares; una semana después, se vendía a 110.02. Con altibajos, la cotización va en torno a 100 dólares (el viernes pasado cerró la semana en 97.25).
De las exportaciones de crudo mexicano únicamente 7.5 por ciento terminan en el mercado europeo (74 por ciento a Estados Unidos y 18.5 al Lejano Oriente), pero el precio del barril aplica a todos los compradores, con algunas excepciones, y en cualquier caso el incremento beneficia a las finanzas nacionales, amén de que el presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que, contrario a lo que sucede en el viejo continente, aquí hay “gas suficiente”.
La estadística de Petróleos Mexicanos revela que, en lo que va de la administración, nuestro país ha captado más de 65 mil millones de dólares sólo por exportaciones de crudo (alrededor de un millón de barriles por día), de tal suerte que el incremento de precios por la guerra en Ucrania ha potenciado esos ingresos. Lo anterior viene a colación porque la Secretaría de Hacienda estima (Precriterios 2023, que el pasado viernes presentó al Congreso de la Unión), que “los ingresos petroleros se ubiquen por encima de lo aprobado en 535 mil 509 millones de pesos (casi 27 mil millones de dólares), impulsados por un mayor precio del petróleo en 37.8 dólares por barril respecto a lo aprobado”. Prevé “un precio promedio de 92.9 dólares por barril, mayor al estimado en el paquete económico 2022 de 55.1 dólares, así como una plataforma de producción promedio de un millón 820 mil barriles diarios, poco menor a la estimada de un millón 826 mil”.
Hacienda lo detalla así: “se estima que los ingresos presupuestarios en 2022 sean mayores en 328 mil 752 millones de pesos respecto a los previstos en la Ley de Ingresos de la Federación para el presente año. Ello se explica por los mayores ingresos petroleros en 535 mil 509 millones de pesos, en línea con el incremento internacional de los precios del crudo; menores ingresos tributarios en 230 mil 326 millones de pesos, debido, entre otros factores, a una menor tasa de crecimiento de la actividad económica respecto a la estimación previa, así como por el efecto de los estímulos adicionales al IEPS de combustibles que tienen la finalidad de que los precios al público no aumenten en términos reales y se vuelvan una presión inflacionaria adicional, y considerando el impacto positivo de medidas para combatir la evasión fiscal; y finalmente, mayores ingresos de organismos y empresas distintas de Pemex en 23 mil 569 millones de pesos generados por dichas entidades en el ejercicio fiscal”.
Las rebanadas del pastel
Con el petate del T-MEC, gringos y súbditos chantajean con que la reforma eléctrica “viola” lo acordado en ese mecanismo comercial, pero “es falso, porque en el propio acuerdo queda claro que nuestro país tiene el derecho de modificar sus leyes energéticas con base en sus intereses nacionales; ¡qué clase de mexicanos son aquellos que aplauden acciones intervencionistas en lugar de sumarse a la defensa del petróleo y la electricidad!” (senador Napoleón Gómez Urrutia).
