La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) cuestionó la “información errónea” que en días recientes artistas y “seudoambientalistas” han difundido en redes sociales, al tiempo que enlistó seis casos “que sí han dañado la riqueza natural” del sureste de México, y contra los cuales –según la dependencia– no levantaron la voz.

La secretaría que encabeza María Luisa Albores señaló que en los pasados 30 años esa región del país ha sido objeto de “situaciones graves” a las que consideró como “la verdadera devastación” ambiental, y “que no fueron dignas de levantar la voz de quienes hoy se ostentan como defensores del medio ambiente”.

Ante los distintos señalamientos sobre el impacto de las obras en el sureste mexicano, la Semarnat sostuvo que el Tren Maya “armoniza el desarrollo económico y social con la conservación de los recursos naturales”.

En un comunicado, la dependencia aseguró que “el gobierno de la Cuarta Transformación trabaja en la remediación del desastre socioambiental que permitieron y promovieron administraciones pasadas para perpetuar el beneficio de unos cuantos por encima del bien común”.

Reprochó que se autorizaron megaproyectos y obras de infraestructura que “dañaron severamente” al medio ambiente, al permitirse “el crecimiento desordenado y exponencial de la infraestructura turística e inmobiliaria” en Quintana Roo, particularmente en Cancún, Tulum y Bacalar.

Además, indicó, el sureste actualmente se considera la región más deforestada del país. La tala ilegal de maderas preciosas tropicales se incrementó de 2000 a 2018, impactando incluso la Reserva de la Biosfera de Calakmul, la más grande de América Latina.

Asimismo, cuestionó “el crecimiento indiscriminado” de granjas porcícolas en Yucatán, donde se instalaron al menos 500 de estos establecimientos, provocando afectaciones a la salud humana y ambiental por deforestación, desequilibrio ecológico y contaminación de cenotes.

Agregó que se fomentó el uso de agroquímicos como el glifosato; se permitió la siembra de cultivos exóticos, como la palma de aceite, y se otorgaron permisos para la explotación minera sin considerar los daños al ambiente.

La Semarnat sostuvo que el gobierno federal “combate los verdaderos problemas ambientales” que hay en Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, con programas como Sembrando Vida; se aplica una estrategia interinstitucional e integral contra la tala ilegal; se logró un acuerdo histórico con la comunidad menonita; el reconocimiento a las comunidades que cuidan y conservan el medio ambiente; no se ha otorgado ninguna concesión de minería a cielo abierto, y se interponen controversias constitucionales para proteger el medio ambiente.