A casi tres años de su puesta en marcha, la nueva reforma laboral “es letra muerta”, porque “en los hechos no hay libertad ni democratización sindical” en el país, lo que además “viola” el capítulo 23 del T-MEC, advirtieron diputadas sindicalistas de Morena y el PT.

Las legisladoras federales Susana Prieto Terrazas (Morena) y Margarita García (PT) insistieron en que no se respeta la equidad de género al interior de los gremios ni se reconoce a las nuevas organizaciones independientes, y prevalecen los “vicios” del sindicalismo charro.

García señaló que a pesar de que dichas disposiciones se establecieron en la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) de 2019, falta mucho por avanzar. “De nada sirve que estemos haciendo leyes si en los hechos son letra muerta, porque se hicieron modificaciones que establecen la libertad sindical”, pero no la hay, dijo.

Al participar en el foro Equidad y Paridad en el nuevo Sindicalismo Mexicano, indicó que éste debe servir para expresar lo que está sucediendo y pedir a las autoridades laborales “que actúen y que hagan su trabajo con responsabilidad porque si no, ahí está la ley, y para qué”.

Añadió que la reforma laboral impulsó la formación de más sindicatos –además del mayoritario– en un mismo centro laboral, pero las nuevas organizaciones no son reconocidas.

La diputada Prieto Terrazas destacó que es necesario mantener la lucha, pero no actuar “bajo falsas expectativas” sobre equidad y paridad de género, y señaló que sobre estos temas persiste en los sindicatos la problemática “por la prohibición a las autoridades de entrometerse” en su organización y funcionamiento.

Ante esta “limitante”, propuso modificaciones a la LFT para garantizar se cumplan las disposiciones antes mencionadas. Primero, que en el artículo 371, apartado 9 bis –que obliga a los sindicatos a incluir en sus estatutos la representación proporcional en equidad–, también se establezca la no relección y alternancia de género en las carteras del Comité Ejecutivo.

Asimismo, recordó la iniciativa que presentó para reformar diversos artículos de la LFT, entre ellos el 388, para sancionar a los patrones y sindicatos que “violen la ley y obstaculicen” la formación y los derechos de los sindicatos independientes, denominados también minoritarios.