Fitch Ratings estima que la economía mexicana crezca 2.8 por ciento este año y desacelere a 2 por ciento el próximo, debido al estancamiento registrado al cierre de 2021 y a una inversión privada que de nuevo va en declive. La calificadora de riesgo advierte de más recortes a estas proyecciones.
“La contracción de la inversión privada seguirá lastrando el crecimiento económico y la inflación lo hará con la paulatina recuperación del consumo interno. La demanda externa de Estados Unidos seguirá siendo favorable, pero en menor escala que en 2021”, planteó la firma de riesgo.
Detalló que el crecimiento de 4.8 por ciento del producto interno bruto (PIB), registrado el año pasado, se encuentra por debajo de lo estimado por Fitch en diciembre, 5.4 por ciento, lo que deja a México “rezagado” respecto a países con la misma valuación de riesgo crediticio y economías similares de América Latina.
La firma de riesgo recalcó que además del estancamiento en la actividad económica, la inversión privada “ha reanudado el declive” que registraba previo a la pandemia, “luego de una recuperación cíclica de corta duración”.
Consideró que “las intervenciones de política (incluida la reciente propuesta de reforma eléctrica) y la confrontación del gobierno con las entidades reguladoras (sector energético y electoral) continúan generando inquietud entre los inversionistas nacionales”.
Si bien Fitch considera que el consumo se está recuperando debido a las remesas y la mejora del mercado laboral, éste sigue frágil. A lo cual se suma una inflación por encima del 7 por ciento, la cual seguirá impulsada por altos precios de la energía y los alimentos.
Por el lado del sector externo, Fitch consideró que éste contuvo la caída del crecimiento, debido a que los estímulos fiscales implementados por Estados Unidos resultaron en una mayor demanda de bienes de exportación mexicanos.