Editores, expositores y público celebraron este sábado el regreso al formato presencial de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo en esta la versión 21, luego de que el año pasado se realizara de manera virtual debido a la pandemia.
“Nos hacía mucha falta tenerla de nuevo”, “ya era necesaria”, “nos da esperanza de que la situación comienza a mejorar”; “¡Ojalá sea el arranque de todas las actividades culturales en la ciudad!, fueron algunos de los comentarios recaba-dos por La Jornada en un recorrido por ese encuentro editorial, inaugurado el viernes y que se mantendrá hasta el 17 de octubre.
A ese consenso de voces se unieron los organizadores de la feria, representados por su directora, Paloma Sáiz: “Estamos felices de tenerla de regreso en vivo; creo que es la sensación que tienen todos; de decir que con este evento se va a intentar volver mínimamente a la normalidad que teníamos antes de la pandemia, y qué mejor que sea con el Zócalo pleno de libros”.
En entrevista, la promotora cultural destacó el cuidado extremo en las medidas de seguridad y protec-ción sanitarias.
“Tomamos todas las medidas para una feria segura y eso ayudará a que la gente venga, porque se siente a salvo. Si logramos que nos salga bien, nos abrirá las puertas al resto de las actividades culturales en esta capital”, sostuvo.
Paloma Sáiz se dijo satisfecha por la programación de este año, no obstante que fue armada con sólo mes y medio de anticipación, ante la incertidumbre del estado que mantendría la pandemia.
“Quedó un programa muy bueno, porque hay de todo. Son 220 actividades, con 250 invitados nacionales y extranjeros. Pienso que la gente siente la feria como una fiesta; además, aquí no hay barreras hacia el libro; aquí todos sienten que es su casa, entonces los libros y los autores vienen a su casa y pueden acercarse a ellos y preguntar, cosa que normalmente no permiten las librerías. Por eso el Zócalo nos gusta tanto y creemos que es realmente la feria más importante de México, porque es la más popular”.
Prestigio editorial y homenajes póstumos
La también responsable de la Brigada para Leer en Libertad AC indicó que este año participan prácticamente todos los sellos de años anteriores, 340, tanto los grandes como los independientes: “La gente viene sabiendo que va a encontrar no sólo las más recientes novedades, sino también una gran diversidad de títulos, precios accesibles y grandes descuentos”.
A lo largo de la feria se obsequiarán entre los asistentes 9 mil ejemplares de sendos libros de los cuatro personajes a los que se rinde homenaje póstumo este año. Entre ellos está el caricaturista de La Jornada Antonio Helguera, de quien se exhibe una selección de sus cartones publicados en este diario; una plaquette del poeta Enrique González Rojo; un libro infantil del narrador Francisco G. Haghenbeck y El bardo y el bandolero, del historiador Jacinto Barrera Bassols, estos tres últimos editados por la Brigada para Leer en Libertad.
