El Museo de la Basílica de Guadalupe (MBG) celebrará el 80 aniversario de su fundación este martes. Ubicado en el que fuera un anexo administrativo de la Antigua Basílica, el recinto resguarda una colección de 40 mil objetos, 40 por ciento de los cuales están en exhibición en 16 salas.

Incluye pintura sobre lienzo y lámina, esculturas policromadas, estofadas y doradas, esculturas en mármol y marfil, grabados, libros, textiles, orfebrería, mobiliario de origen mexicano, latinoamericano y europeo, además de cerca de 2 mil exvotos guadalupanos.

De acuerdo con Nidia Rodríguez Alatorre, directora del MBG, el recinto es la idea precursora de monseñor Feliciano Cortés y Mora, vigésimo abad de la Basílica de Guadalupe (BG), porque en 1941 “el estudio del arte religioso, sobre todo el virreinal –antes llamado colonial–, no era objeto de interés para muchos especialistas. Fue hasta mediados del siglo XX que investigadores, como Manuel Toussaint, despertaron el interés académico por este tipo de expresión artística”.

Para la realización de su idea, Cortés y Mora contó con la anuencia del obispo Luis María Martínez y la aprobación del cabildo guadalupano, que decidieron que el tesoro en resguardo tenía que ser apreciado por la sociedad en general.

La colección del recinto comprende obras frecuentemente solicitadas para exposiciones internacionales, como La estigmatización de San Francisco de Asís, de Sebastián López de Arteaga, y El dulcísimo nombre de María (1699-1700), de Cristóbal de Villalpando, en el que se impone la mano del pintor.

En un principio, el recinto llamado Tesoro Artístico de la Basílica de Guadalupe ocupaba cuatro salas; además, “la museografía no existía como disciplina académica. Todo se acomodaba a la manera de un gabinete de antigüedades”, señaló Rodríguez Alatorre durante un recorrido por las instalaciones.

En 1971, con la llegada de Jorge Guadarrama, museógrafo de profesión, se cambió el nombre a Museo Guadalupano, aunque al año fue sustituido por el actual y cuando se decidió construir el nuevo inmueble, los espacios de la Antigua Basílica fueron asignados al museo.

En 1976, el recinto cerró sus puertas durante cinco años, tiempo en que Guadarrama inventarió la obra de la colección, realizó un discurso curatorial profesional, además de que fueron restauradas muchas piezas. Según la directora el MBG “casi está como lo dejó Guadarrama”, pero ya cuenta con un taller de restauración y dos restauradoras.

Los milagros

El visitante al emblemático edificio es recibido por el Pasillo de Exvotos cuyos altos muros están tapizados con “retablitos”; es decir, “aquellos objetos que se han traído en ofrenda de agradecimiento de un milagro recibido”. Rodríguez Alatorre apunta que un exvoto puede ser cualquier muestra de devoción, desde un zapato de bebé hasta el mástil de un barco.

El MBG se desenvuelve en varios pisos y desniveles. Entre sus salas están Sacristía, Abacial, Capitular, Iconográfica, Hagiografía, de Advocaciones, de Retablos, Cristológica, Villalpando, Inmaculada, de Óvalos, Bajo Escalera, de Arcángeles y Patio de la Cruz. En ésta última se montan exposiciones temporales como la actual: Regalos para la reina. Testimonios de amor y fe, que exhibe “objetos que han traído personalidades de la política como los reyes de España, Jacqueline Kennedy o Hugo Chávez. Hay un bicornio y una esmeralda aportados por Porfirio Díaz. Rodríguez Alatorre anota que en la cruz atrial, una de las más antiguas en el país, se ve la mano indígena que representa los símbolos cristianos. La cruz fue incluida en México: Esplendores de 30 siglos, magna exposición que debutó en el Museo Metropolitano en Nueva York en 1991.

El Museo de la Basílica de Guadalupe se puede visitar de martes a domingo de 10 a 17 horas.