Electo en la madrugada de este martes, Felipe Fuentes Barrera comenzó su segunda etapa como presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF); en principio, por lo que resta de agosto.
Designado por ministerio de ley –tras la declinación de Janine Otálora, a quien le correspondía por ser la decana–, será el encargado de estabilizar la vida interna del organismo en una etapa de intensa actividad para desahogar todos los recursos relacionados con la elección del 6 de junio.
Muy temprano, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, celebró en su cuenta de Twitter el desenlace del diferendo en el tribunal: “el diálogo es la vía privilegiada para resolver los conflictos. La crisis en el TEPJF ha sido superada. Reconozco a las magistradas y magistrados su institucionalidad. Les reitero mi agradecimiento por su confianza. Espero que sea el inicio de una nueva etapa de unidad en bien de México”.
Cuarto presidente del TEPJF en menos de una semana, para Fuentes Barrera será su segundo interinato en la tortuosa vida interna de la actual integración, en ambos casos tras polémicas renuncias de sus predecesores. Le corresponderá ahora generar las condiciones mínimas para que, conforme al acuerdo alcanzado entre los magistrados, el primero de septiembre lanzar la convocatoria y elegir a quien será el quinto presidente en cinco años.
El nombramiento de Fuentes Barrera fue el colofón de una de las jornadas más agitadas en la vida de esa instancia electoral, que incluyó sendas renuncias de quienes se reivindicaban como presidentes: José Luis Vargas y Reyes Rodríguez. Después de una reunión de cinco horas, se pactó una salida intermedia para distender el ambiente y postergar la decisión definitiva sobre el futuro presidente, apelando a la designación “por ministerio de ley”.
Un comunicado resumía asépticamente el desenlance del choque entre Vargas y los cinco magistrado que lo depusieron, para encontrar una salida jurídica y política que recayó en Fuentes Barrera: “con el fin de privilegiar la continuidad a los trabajos jurisdiccionales relacionados con las impugnaciones derivadas del proceso electoral 2020-2021”.
Fuentes Barrera encabezó el proceso de insaculación de los medios de impugnación que se presenten en torno a la elecciones de gobernador de Nuevo León, San Luis Potosí, Chihuahua y Querétaro. Un mecanismo aprobado por exigencia del grupo de inconformes con la gestión de Vargas, a quien se le imputó la manipulación de los turnos de expedientes.
Tras el sorteo se determinó que en el caso de Querétaro, los recursos acumulados se asignarán al propio Fuentes Barrera; sobre la elección de Chihuahua, corresponderán a la magistrada Mónica Soto; la gubernatura de San Luis Potosí fue adjudicada a Felipe de la Mata y Nuevo León, a Vargas
