San Vicente Coatlán, Oax., Fuera de programa, el presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó la invitación de las autoridades municipales de San Vicente Coatlán, Oaxaca, luego de encabezar ayer un acto de supervisión de avance de la autopista a la costa. El mandatario se trasladó a la comunidad, donde la asamblea –en la que dialogaban sobre un conflicto territorial con la demarcación vecina– se convirtió en un acto similar a los que acostumbraba antes del inicio de la pandemia.

Tras correrse la voz de la asistencia del jefe del Ejecutivo federal, primer Presidente que visita este poblado, más de mil personas llegaron a la plaza principal. Ni la lluvia de unos minutos los alejó.

Como parte del acto, ofrecieron al mandatario una muestra del Jarabe de la Culebra, con bailes y música tradicionales de la región.

Las autoridades locales señalaron que San Vicente tiene un conflicto de más de 60 años con Villa Sola de Vega por diferencias agrario-territoriales, que ha dejado 50 muertes, por lo que, indicaron, los han llamado “matones, pueblos sin ley”, pero atajaron que “como bien lo dice usted, ya no queremos balazos, queremos abrazos de amistad”.

El presidente López Obrador expuso que “en los antiguos testamentos se decía que el que a hierro mata, a hierro muere”, pero subrayó que Jesucristo, al iniciar una nueva concepción filosófica, decía “si te pegan, pon la otra mejilla”, lo cual “no es cobardía, es amor, y también es sentido común, juicio práctico. Si nos vamos al diente por diente, ojo por ojo, acabaríamos todos chimuelos o tuertos. Por eso la vía es la no violencia”.

Se comprometió a hablar con el poblado vecino e instruir esfuerzos para definir un mecanismo con el fin de solucionar el caso. También pidió al gobernador Alejandro Murat que “él personalmente conduzca el proceso”, tras lo cual ambos estrecharon los puños en señal de acuerdo.