Nueve pintores exhiben sus obras en el Centro Cultural de Mi Corazón, en San Cristóbal de las Casas
Sábado 22 de noviembre de 2025, p. 4
San Cristóbal de Las Casas, Chis., La exposición Bonolajel yuun ts’eb keremetik (La pintura a través de los jóvenes), que se presenta en el Centro Cultural de Mi Corazón, en San Cristóbal, demuestra que está cambiando la mentalidad de muchos padres de familia, opinaron algunos de los creadores que buscan “que el arte de los pueblos originarios se expanda por el mundo”.
El director del recinto, el pintor, escritor y músico Emilio Gómez Ozuna, dijo que “hay una generación interesante de jóvenes tsotsiles creadores de Chamula, principalmente, y algunos tseltales, que está dando un giro importante”.
En entrevista agregó: “es una generación emergente, algunos ya tienen seis o siete años pintando” y han participado en exposiciones colectivas, como las cinco mujeres que desde el mes pasado tienen una muestra en el Museo de Artes y Culturas Populares de la Ciudad de México.
Señaló que la emergencia de jóvenes creadores en pintura, literatura, cine y otras disciplinas tiene que ver con la creación del Centro Estatal de Lenguas Arte y Literatura Indígenas, que resultó de los acuerdos firmados el 16 de febrero de 1996 entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
“Se crearon espacios para las jóvenes de pueblos originarios que no tenían oportunidades y se empezaron a abrir puertas a través del entonces director, Enrique Pérez López”, añadió.
En la exposición participan nueve jóvenes pintores (seis de ellos, mujeres), originarios del municipio tsotsil de Chamula, menos uno que es tseltal de Ocosingo.
“Quiero que se reconozca que en Chamula también hay talento, que reconozcan nuestro trabajo”, expresó Lía Díaz Gómez, una de los jóvenes exponentes, quienes portaban su traje tradicional.
Clere López, otra de las pintoras, comentó que ahora las mujeres indígenas tienen más libertad para crear. “Vino la escuela y muchas entraron a estudiar primaria y secundaria, y fueron abriendo el camino; ya tienen libertad, pero no son todas, sólo algunas. Vemos que otras ya le están echando ganas, mostrando su trabajo y las estamos siguiendo; ya tenemos una libertad”.
“Quiero hacer pintura y mostrar mi cultura”, remarcó la creadora de 25 años que estudia artes visuales en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach),.
“Ya mandé una obra a EU”
La historia del también chamula Pablo Rosendo Hernández Hernández no es muy diferente a la de sus compañeras pintoras, pues tuvo que romper con las ataduras del machismo en su municipio.
Relató que cuando era niño su papá le advirtió que al concluir la secundaria se tenía que ir a Campeche a vender chicles, pero su madre lo defendió: “‘mi hijo irá a la secundaria y al Colegio de Bachilleres de Chiapas’. Mi papá quería obligar a casarme a los 12 o 13 años; ya me había buscado mujer, pero mi mamá me defendió y a los 27 años sigo soltero”.
Continuó: “Mi nombre artístico es Vet, zorro, en tsotsil; es el apellido de mis ancestros que ya se perdió y lo estoy recuperando. Mi familia está orgullosa porque ya lo recuperé. Soy de la comunidad de Nichem”.
Vet pintó recientemente un cuadro que le encargaron personas que viven en Estados Unidos.
“Mi hermanito tiene amigos en ese país que estaban buscando un pintor de Chiapas y me contactaron. Me pidieron dibujar a San Agustín de Hipona. Me mandaron una foto. Lo hice, en mes y medio se los mandé y les gustó. Ese cuadro se vendió bien. Estoy orgulloso de que ya mandé una obra a Estados Unidos.”
Manifestó que ahora muchos jóvenes, hombres y mujeres por igual “están destacando en las artes porque se están animando a ser libres; antes tenían como meta ir a Estados Unidos. Muchos se van al terminar la primaria. Ese el objetivo, porque quieren casa, carros y esposa. Nada más eso y yo pensé que mejor entraría a la pintura, lo que me abrió la mente y cambié muchas cosas”.
Agregó: “Me voy a dedicar a la pintura; ya hice una minigalería y mi taller en mi comunidad, y doy clases. Los papás dicen que pintar es pérdida de tiempo, que no da dinero; ese es un problema en los parajes, pero los padres están cambiando de mentalidad y ahora hay más creadores. Hay más apertura”.
Lucía, una de las jóvenes expositores, afirmó que la pintura le sirve “como pasatiempo, como una escapatoria del mundo para liberar mis emociones y sentimientos. Al principio no le dije a mis papás que empezaría a pintar y me escabullía. En tercero de secundaria conocí la casa de la cultura de Chamula y fui. Me impulsó a pintar la furia, la tristeza y el coraje que estaba viviendo en la adolescencia. Ahora tengo 18 años y ya soy maestra. Soy de la comunidad de Bautista Chico y me encanta pintar”.
Aclaró que su propósito “no es vender cuadros. El arte para mí no es negocio, no es un modo de sacar dinero para vivir; no, el arte vive en mí. Yo sólo expreso lo que me gusta, veo y siento. Si el arte fuera mi soporte, yo vería qué le gusta a la gente y eso pintaría; si viviera del arte, haría lo que le gusta al mercado, pero como el arte vive en mí, me vale. No pinto por negocio ni por fama. Mi meta no es ser famosa”.
En la exposición participan Gus, Clere López, Elena Lunez, Luch, Sofía, José Manuel, Lía Díaz, Vet y Yuly.












