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Con la potencia de su palabra, Raúl Zurita abrió el festival Poesía en Voz Alta
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▲ Poesía, cuerpo y luz fueron los elementos centrales de la presentación en Chapultepec.Foto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Domingo 19 de octubre de 2025, p. 3

Cual estrella de rock, Raúl Zurita fue recibido y despedido entre alaridos y ovaciones subyugantes por el público que la noche del viernes llenó hasta el borde el Foro Alicia Urreta de Casa del Lago para escuchar de viva voz la poesía del insigne autor chileno.

Considerado el poeta vivo más importante en habla española, protagonizó la sesión inaugural y el festival Poesía en Voz Alta 2025: La voz, principio del tacto, organizado por Casa del Lago, que finaliza hoy.

Quienes acudieron a tal espacio de la Universidad Nacional Autónoma de México, en Chapultepec, fueron testigos y partícipes de una epifanía guiada por la palabra y el hablar pausado, sereno y por momentos delicado del poeta nacido hace 75 años en Santiago.

El autor de Purgatorio ofreció una Lectura furiosa, como se denominó al concierto poético en el que Zurita dio vida a su poema “Verás”, así como a otros, cobijado por la música y la intervención lumínica del colectivo Delight Lab.

Poesía, cuerpo y luz fueron los elementos de esa presentación que remite a Verás, monumental intervención poética realizada por ese binomio artístico en marzo de 2024 en Caleta Vitor, Chile, cuya documentación visual se exhibe en las rejas de Casa del Lago.

De apariencia endeble, el poeta lucía imponente y algo severo sentado al frente del escenario, en una robusta silla de madera y mullidos cojines, entre penumbras que de forma esporádica eran resquebrajadas por haces de luz de cromatismo diverso.

A sus espaldas se proyectaron paisajes de los acantilados utilizados como lienzos en la magna obra antes citada, la cual consistió en proyectar sobre ellos el referido poema.

Sosteniendo con pulso tembloroso sus poemas, la voz frágil del autor contrastaba con la potencia demoledora de su palabra poética, que lo mismo habló de resistencia, añoranza y melancolía que celebró a la naturaleza, al amor y la vida.

Un silencio contemplativo y respetuoso del público abrazaba y abrasaba al poeta, como ocurrió durante casi toda la lectura. Una atmósfera acaso hasta ceremonial que fue rota en la recta final, con los últimos textos de la sesión.

Fue el caso de “Canto al amor desaparecido”, ese potente poema que evoca un amor que se aferra a la naturaleza como un refugio frente a la violencia y el horror de la época de represión política y tortura de la dictadura en su patria.

Tras casi 20 minutos, entre frenéticos alaridos de la audiencia y con un hálito que parecía por momentos sofocarse, Zurita finalizó con el poema con el que concluyó su discurso al recibir el Premio Iberoamérica de Poesía 2016 y con el cual, dijo en aquella ocasión, quisiera cerrar su vida.

“Entonces, aplastando la mejilla quemada / contra los ásperos granos de este suelo pedregoso –como buen sudamericano– alzaré por un minuto más mi cara hacia el cielo / llorando / porque yo creí en la felicidad / habré vuelto a ver de nuevo las irrefutables estrellas.”

Una sutil reverencia y el poeta se levantó ayudado por dos personas que lo auxiliaron en su lento andar hacia la salida del escenario, donde se perdió en medio de ovaciones, la oscuridad húmeda de la noche y la emoción desbordada de quienes acababan de escucharlo.

Su intervención fue precedida por Delight Lab –conformado por Octavio y Andrea Gana–, que por casi media hora ofreció Nostalgia de lo inconmensurable, concierto poético, lumínico y sonoro orientado a contemplar la memoria como eco vital y abrir una búsqueda de sentido desde la pérdida.