Múnich, capital de Baviera y centro cultural de Alemania

lemania cuenta con 16 estados federados de los cuales Baviera es tal vez el más popular, cuando se trata de la imagen que en el extranjero se tiene del país. De hecho, en recorridos turísticos europeos se incluye esta capital estatal de forma preferente sobre Berlín.
Ubicado al sur, se considera el estado más próspero y con una cuota considerablemente alta de orgullo nacional; en el ámbito lingüístico, el dialecto bávaro, el bairisch, no sólo se transmite de padres a hijos, también es parte del programa escolar.
Para quien se adentra en el estudio de la lengua resulta un reto enfrentarse a este dialecto, con gran esfuerzo aquel que domina un alto nivel del alemán, ha de resignarse a entender si acaso un 50 por ciento del intercambio lingüístico en bávaro.
Los atuendos femeninos, con pronunciados escotes, los pantalones cortos de piel con tirantes, lederhosen, son típicos durante la fiesta de la cerveza que este año celebra su 190 edición. Se realiza en Múnich, que tiene un millón 600 mil habitantes, con una riqueza cultural, histórica y artística admirable combinada con la modernidad y, ante todo, una fuerte identidad regional.
Aquí existió un pequeño partido político cuyo objetivo era la independencia de Alemania. La fundación de la ciudad fue en el siglo XII por monjes benedictinos, de ahí su nombre en alemán, München, cuyo significado es “de los monjes”.
Esta ciudad se ha consolidado en un centro económico y cultural europeo. Su casco histórico que fue completamente destruido en la Segunda Guerra Mundial se reconstruyó de manera idéntica para brindar a los ciudadanos y a los miles de visitantes la imagen de plazas conservadas, iglesias y palacios que narran la historia de la Baviera católica.
Uno de sus lugares emblemáticos es la Marienplatz, la plaza central, presidida por el Neues Rathaus (Nuevo Ayuntamiento) con su famoso reloj mecánico que atrae a multitudes dos veces al día cuando las campanas de la torre comienzan a sonar y salen girando unas bellas figuras de tamaño natural que se sabe son personajes relacionados con la historia de la ciudad.
A sólo unos pasos de la plaza se alza la Frauenkirche, la iglesia de Nuestra Señora, catedral de la ciudad. Las torres gemelas se han convertido en un importante símbolo. Múnich también es un gran centro de arte europeo. Bajo el nombre de Kunstareal, o “barrio del arte”, hay varios museos con importantes colecciones. Uno de ellos es la Alte Pinakothek o pinacoteca antigua, donde pueden admirarse los trabajos de artistas flamencos como Peter Paul Rubens, así como otros artistas del renacimiento, el alemán Alberto Durero, y los representantes del renacimiento italiano, Leonardo de Vinci o Boticceli.
Además, esta ciudad es punto de partida hacia lugares cargados de historia y belleza natural, montañas ideales para practicar el senderismo en verano o esquiar en invierno. Tan sólo a 100 kilómetros se encuentra uno de los castillos más famosos del mundo, el de Luis II de Baviera, Neuschwanstein, que fue inspiración para construir el famoso de Disneylandia.
Alia Lira Hartmann, corresponsal