n el verano de 1996, justo hace 29 años, una delegación francesa que incluía figuras de la talla de Bertrand Tavernier, Jacques Audiard, Jean Reno y Catherine Deneuve y la diva mexicana María Félix, fueron las luminarias de un experimento europeo tan atractivo como necesario. Se trataba del primer Festival de Cine Francés en nuestro país, cuya intención era recuperar a un público mexicano adormilado por la televisión y el cine de Hollywood que abarrotaba nuestra cartelera y que abrió entonces con dos obras notables: Los ladrones, de André Techiné y Un héroe muy discreto, de Jacques Audiard.
Desde el pasado 11 de septiembre y hasta el 15 de octubre ya bajo el familiar nombre de Tour de Cine Francés fundado por Nueva Era Films, Cinépolis, la embajada francesa en México, el IFAL y la Federación de Alianzas Francesas en nuestro país, éste atrayente evento en su edición 29 regresa como cada año desde aquel 1996, para ofrecer una muestra de lo más representativo del cine galo actual en todo el territorio nacional a través de los complejos de Cinépolis y espacios alternos que incluyen la Cineteca Nacional en sus tres sedes, Cine Tonalá, La casa del Cine MX, Cinematógrafo del Chopo, CCU y otras salas de la UNAM.
Aquel primer tour se inclinó por obras de autor de enorme calibre y conforme el evento empezó a cobrar notoriedad, ha buscado un equilibrio entre los trabajos de cineastas reconocidos y las propuestas comerciales de aquel país, dejando de lado algunos autores o títulos intrigantes y/o transgresores como sucede por ejemplo, con las pasadas dos obras del cineasta franco-marroquí Robin Campillo inéditas en México: L’Île rouge / La isla roja (2023) y Enzo (2025); un cine alternativo que el Tour no debe descuidar.
En esta su edición 29, el plato fuerte se concentra en Cuando llega el otoño / Quand vient l’automne (2024) de François Ozon y el más reciente filme de Cédric Klaplisch: Los colores del tiempo / La venue de l’avenir. Sin llegar a las alturas de En la casa o Bajo la arena, Ozon regresa al tema del desequilibrio doméstico burgués y los misterios familiares subvertidos por la llegada de intrusos (en este caso, el hijo ex delincuente de la mejor amiga de la protagonista). Pequeños detalles como un guisado de hongos, una cámara de seguridad, la apertura de un bar, un encuentro nocturno en un bosque y más, conforman el entorno enigmático alrededor de una abuela ex prostituta (espléndida Hélene Vincent) y la tensa relación con su conflictiva hija (Ludivine Sagnier) y el amor por su pequeño nieto al que intimidan en el colegio. Una serie de acuerdos tácitos y anómalos conforman un thriller cercano a Claude Chabrol desde una perspectiva anticlimática, lacónica y alejada de las fórmulas hollywoodenses.
Con una intención similar a su espléndida Quizás (1999), Klapisch, propone un lienzo fílmico que no sólo homenajea a la obra de los “impresionistas”, sino al amor por la cultura visual francesa, en una historia que sucede a finales del siglo XIX y en época actual, donde convergen personajes del ayer y del presente a partir de los hallazgos en el interior de una casona abandonada desde los años cuarenta del siglo pasado, propiedad de una joven que busca a su madre y su encuentro con la “modernidad” cultural francesa y la relación de su progenitora con figuras como el fotógrafo Félix Nadar o el pintor Claude Monet. Pasado, futuro, dos líneas del tiempo y París como centro de un relato coral, de amor, sensualidad, ayahuasca, vínculos familiares y descubrimiento artístico.
En su debut como realizador, el actor y protagonista de El acusado / Le fil (2024) Daniel Auteuil, encarna a un abogado penalista que defiende a un hombre de familia y padre modélico acusado de asesinar a su esposa alcohólica. Convencido de su inocencia poco a poco va descubriendo una trama de incesto que no termina por desarrollarse en este convencional relato de juzgados. En ese sentido, resulta superior Los lazos que nos unen / L’Attachement, (2024) de Carine Tardieu con una espléndida Valeria Bruni Tedeschi, una librera madura, solitaria e independiente y su imprevista relación con un niño vecino cuya madre muere en un segundo parto. Ello en un filme que reflexiona de manera sensible sobre las nuevas estructuras familiares, el amor, el desamor y los lazos que atan a las personas de manera inesperada. Rodrigo enamorado, Un toque de amor y La maestra Violet completan los siete títulos de este año.
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