Presentó su libro Perreo, una revolución

Jueves 14 de agosto de 2025, p. 8
Julieta Emilia Cazzuchelli, mejor conocida en el medio musical como Cazzu, no elude el dolor ni las adversidades: los transforma. “De todas las mierdas que me pasaron, hice un libro y varias canciones. Pude haberme tirado a llorar y tomarme 10 botellas de alcohol, pero elegí este camino”.
Así, y con la voz firme, concluyó la rueda de prensa en la que presentó en México Perreo, una revolución, libro con el que debuta como escritora.
La compositora e intérprete argentina (Jujuy, 1993), considerada referente del trap y reguetón en América Latina, se mostró amable, abierta, reflexiva y desafiante desde el primer momento.
“No se reserven preguntas sobre lo que quieran saber”, invitó a los periodistas para marcar el tono de una charla de 45 minutos que fue más allá de la música y en la que se exploraron temas como el cuerpo, el deseo y el lenguaje desde una perspectiva íntima, política y literaria.
Para Cazzu, la palabra es una materia prima básica, esencial. “Respeto la palabra ante todo y trato de ser lo más correcta con lo que digo, porque eso se amplifica. En casa y con mis amigas, soy igual que todos: me tiro al chisme y digo cosas que no son amables, pero cuando me toca hablar ante los otros siento la responsabilidad de usar las palabras correctas”.
Al respecto, indicó que en este libro reflexiona sobre el lenguaje y sus implicaciones sociales, a partir de la concepción de que es un constructo androcéntrico que atraviesa todos los aspectos de la vida de la persona.
“Cuando alguien habla de lo humano o del hombre, nadie piensa en una mujer. Es algo histórico, social y político. Por eso es importante que nos preguntemos por qué si digo ‘zorro’ significa astuto, mientras ‘zorra’, puta; ¿por qué decir ‘perro’ está bien, pero ‘perra’ no? Todo termina en violencia hacia nosotras (las mujeres).”
Editado por Reservoir books, Perreo, una revolución no sólo narra la trayectoria de esta artista en un género dominado por los hombres, sino que pone en tela de juicio las estructuras que lo sostienen.
“Primero soy reguetonera y después feminista; me di cuenta de que ser reguetonera o trapera no entraba en los cánones permitidos”, recalcó.
Su proceso de deconstrucción, aclaró, comenzó hace muchos años a raíz de un conflicto con su hermana Florencia, quien le hablaba de la importancia del feminismo, mientras ella lo veía como algo perjudicial y pensaba que las feministas iban a arruinar el mundo.
Si bien asumió cuán equivocada estaba, resaltó que no cambiaría nada. “Si no hubiese tenido ese sentimiento y pensamiento, hubiera construido diferente mi música”, sostuvo, y destacó que de esa experiencia aprendió a escuchar y abrirse a otras percepciones de la realidad y la vida.
De acuerdo con la cantante, dejar de ser feminista es algo idealista, una fantasía: “En esta vida, todos somos algo, todos tenemos una forma de vivir que elegimos, y el feminismo es la forma de vivir de las mujeres que buscamos la igualdad”.
En ese sentido, su libro podría ser también un manifiesto: “¿Qué es ser feminista? Es lo que mucha gente se pregunta y piensa que somos una horda iracunda de mujeres tratando de destruir el mundo, y en realidad somos un movimiento que busca la igualdad de condiciones y oportunidades para todos”.
Reconocida por haber convertido un género ampliamente cuestionado por su machismo –el reguetón– en un espacio para narrativas femeninas, Cazzu resumió esa “revolución silenciosa” que viven las mujeres al apropiarse del perreo.
“Es una lucha que empieza por la percepción del cuerpo como nuestro. La primera experiencia sexual suele recordarse como algo muy feo, porque ya sabemos que estamos para complacer a otro”, explicó.
“Así se comienza a percibir al cuerpo como el mayor problema para después desarrollar la sexualidad y su autonomía. Siento que el perreo genera placer cuando lo bailamos, y éste es político cuando se pone en el cuerpo de una mujer”.
Al aceptar que detrás de este libro hay un proceso catártico, la autora confesó que tiene miedo de que la odien o la insulten. Sin embargo, dijo, ha aprendido a encararlo.
“La paciencia es mi mejor aliada, (aunque) me lo cobra mi cuerpo: soy de esas personas que reaccionan físicamente al estrés y a las cosas. Me lo cobra la vida, me enfermo, no es gratis”.
En ese sentido, reveló que la creación –primero de sus canciones y ahora del libro– ha sido una forma de transformar la adversidad y los sentimientos negativos en algo propositivo: “Mi mamá me recordó una canción que escribí muy enojada. Olvidé ese sentimiento, porque lo dejé en la canción”.
Según Cazzu, Perreo, una revolución no sólo es para mujeres, sino que también pretende interpelar a los hombres: “Es un libro para todos y todas, para que los varones puedan convertirse en mejores compañeros de trabajo, padres, amigos, hermanos”.
Para lograr una sociedad más igualitaria, consideró, es necesario que los hombres escuchen las problemáticas de las mujeres y lo que implica lograr cosas en la vida cuando se es de este género.