Poesía y barrio
na llamada desde Guadalajara, perdonarán lo cuasi personal del asunto, me informan del proyecto, ya en marcha, de “un libro que aún espera ser nombrado”. Me entero de ello en voz de Augusto Chacón, quien principalmente con Xavier Orendáin, el diseñador Avelino Sordo Vilchis y el fotógrafo Mariano Aparicio han emprendido la tarea de compilar una antología de textos poéticos que tengan que ver con los barrios (o colonias) tapatíos de “una veintena” de escritores convocados, textos que se acompañarán con los retratos, tomados in situ, de los autores seleccionados.
Soy gente de barrio, o “de las (varias) orillas” de la capital jalisciense. Crecí en zonas bravas, la que más El Camichín (¿se seguirá llamando así?), orilla de otra orilla, San Andrés (en mis tiempos oficialmente llamado Villa Mariano Escobedo). Y al teléfono dudé si tendría poemas al respecto. Pues claro que sí. Cuestión fue de recordar el primero y se fueron en mi mente sucediendo personajes ( Alfonsito, La Azabache, Luis, Chon, Mario, el Muerto y su hermano, también Alfonso; Macario…) sobre los cuales, casi sin darme cuenta, escribí alguna vez. Recojo a modo de avance tres dedicados a amigos de la adolescencia.
1. En San Andrés mataron a Macario / por un pleito sin chiste. / Lo balearon por la espalda, además, ¿y qué tendría: / 16, 17 años? // Fue por la calle de Artes, / junto a los llanos / donde juntos volamos papalotes. // Ahora ya pavimentaron, construyeron, / pero entonces su sangre oscureció la tierra. // Dicen que el que lo hizo era muy pobre, / que Simón, el otro hijo de don Goyo, lo había humillado; / que se quitó los huaraches para huirse, / pero de todos modos lo agarraron. // Al lado del barbecho quedó la troca: / rala su escasa sombra sobre el cuerpo. / (Calabaza y camotes enterregados / bajo el sol, aire lento...) // Macario me prestaba su bicicleta, / algo que para muchos será un milagro. / En San Andrés, tardeando la mañana, / murió por doce pesos que al tiempo se olvidaron.
2. A los catorce años La Azabache / abofeteada por su madre y escuchando / Para putas conmigo basta / quiso reír y quiso llorar y lo hizo ambas cosas / pero después no era el momento / años después.
3. Epitafio (a Mario ): No vamos a decir que moriste por algo, / todos sabemos que moriste por una pendejada. / Y sin embargo moriste por algo, / para que no muramos por una pendejada.