l profesor veracruzano Juan Nicolás Callejas Arroyo es símbolo de lo peor del sindicalismo magisterial veracruzano (y nacional). Fallecido en 2017, durante décadas fue acusado de practicar el cacicazgo gremial más pedestre, impulsar la corrupción, vender plazas y ascensos laborales, así como pedir favores sexuales a las maestras a cambio trabajo y prebendas. Su figura sólo puede compararse con la del nayarita Liderato Montenegro.
Pese a ello, en el colmo de la ignominia, el pasado 9 de julio, en Xalapa, la gobernadora Rocío Nahle, el dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y senador morenista Alfonso Cepeda, la charrería estatal agrupada en la sección 32 de la gremial y docentes acarreados le celebraron un homenaje por su natalicio (9 de julio de 1944, en Nautla).
La ceremonia comenzó con una guardia de honor donde descansan los restos del charro veracruzano. En el acto, la mandataria estatal manifestó su beneplácito por participar en el homenaje al profesor Juan Nicolás Callejas Arroyo, a quien calificó de gran líder
. Además, destacó el apoyo de los docentes a la Cuarta Transformación y a su gobierno.
Sin pudor, Cepeda reconoció el legado de unidad y fortaleza que dejó Callejas Arroyo e invitó a seguir su ejemplo.
Daniel Covarrubias López, dirigente de una de las secciones estatales en la entidad, dijo: Callejas Arroyo nos mostró que la unidad no es una consigna vacía, sino el principio que nos da fuerza, rumbo y sentido como organización. Hoy no sólo lo recordamos, lo honramos trabajando, construyendo y avanzando juntos; su voz y su ejemplo siguen siendo guía en este momento y en cada reto por venir
.
El llamado Rey del sindicalismo veracruzano llegó al frente del magisterio local en 1978 por una tragedia. Su tío y padrino político, el cacique gremial Alfonso Arroyo, conocido como el resto del clan por su afición a cobrar gestiones laborales con sexo, murió en un hotel de paso de Banderilla con las uñas amoratadas. En su momento se especuló sobre si fue asesinado por la maestra que lo acompañó a repasar las lecciones del Kamasutra.
Arroyo, protegido por el profesor y licenciado Carlos Jonguitud Barrios, gánster sindical que se apoderó del SNTE en 1972, se hizo del control de los profes jarochos, en un golpe nada suave en 1978. Nunca fue buen orador y, los pocos escritos que se le conocen muestran su enemistad con la sintaxis.
Maestro rural egresado de la Normal de El Perote, Callejas recibió su plaza a los 20 años. En 1972 consiguió su nombramiento de director de escuela primaria. En 1966 ingreso al Partido Revolucionario Institucional (PRI), con el que fue, gracias a su, faltaba más, afán de servicio y su vocación de sacrificio, tres veces diputado federal y dos local, siempre por la vía plurinominal. Jonguitudista de corazón, utilizó la carrera magisterial para fortalecer a los suyos. Saltó de una posición a otra dentro de la dirección nacional del SNTE y se desempeñó como líder moral
del magisterio veracruzano, aunque los maestros en la entidad no lo quisieran. Durante muchos años, Juan Nicolás aportó (junto a Educación Física) el mayor número de golpeadores para aporrear a los profes democráticos de la CNTE.
En 2007, los profes locales denunciaron a Callejas por quedarse con 60 millones de pesos que ING-Comercial América donó
a los agremiados por cambiarlos a esa aseguradora, sin consultarlos. También lo acusaron de nepotismo, enriquecimiento inexplicable y tráfico de plazas.
En julio de 2016, en sesión ordinaria en el Congreso local, Telma Magaly Callejas Salazar, sobrina de Callejas, entró al recinto legislativo, para gritarle a su tío que Juan Nicolás Callejas Roldán, su primo, le había condicionado el pago de su pensión a cambio de que le diera las nalgas
, literal. Exaltada, reclamó en medio de la sesión: soy hija de Adolfo Callejas Arroyo, hermano de Juan Nicolás Callejas, y su hijo nunca tramitó ante finanzas mi pago como enferma
. El acusado por su prima, estuvo en el reciente homenaje de su padre, en su carácter de coordinador general del equipo político de la sección 32. Así se las gastan.
Cuando en 1989 estalló la primavera magisterial que derrocó a Jonguitud Barrios, se barajaron tres nombres para sustituirlo, apoyados por importantes políticos. Elba Esther Gordillo, sostenida por Manuel Camacho. Alberto Assad Ávila. Y Callejas, impulsado por su paisano, Fernando Gutiérrez Barrios, secretario de Gobernación. La maestra resultó la ungida. Y, a pesar de su animadversión y su abierto jonguitudismo, ella nunca buscó deponerlo.
Alfonso Cepeda está al frente del SNTE de manera ilegal. Su periodo terminó en febrero de 2024. No ha convocado a elecciones. Ante su debilitamiento nacional y su ilegalidad estatutaria, su participación en el homenaje a Callejas obedece a su afán por fortalecerse con el grupo político más reaccionario, corrupto y gansteril del sindicato en la entidad, el que representa el viejo vanguardismo, y, tratar de retomar el control de las secciones sindicales.
La asistencia de Nahle al evento no es ajena al tremendo golpe que recibió en las pasadas elecciones locales y los escándalos mediáticos que la relacionan con la trama del huachicol.
La lucha por la democracia, independencia y autonomía en el SNTE ha costado a los maestros disidentes muertes, cárcel, despidos y persecuciones. Los homenajes a los muertos hablan de cómo se quiere vivir el presente y el futuro. El que un gobierno de la 4T rinda homenaje a un bandido como fue Juan Nicolás Callejas, emblema de lo más podrido del corporativismo magisterial, y apoye explícitamente al habitante de las cloacas gremiales Alfonso Cepeda, es muestra de lo poco que le importan las luchas que los trabajadores de la educación han dado durante 45 años por dignificar su profesión y sindicato. El fantasma de Carlos Jonguitud sigue revoloteando, ahora en las filas del oficialismo.