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Tu colonia

Se asentó en una Hacienda de Huertos

La calles empedradas de Chimalistac llegaron intactas al siglo XXI

La vieja propiedad carmelita heredó iglesias y puentes

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▲ Funcionarios y pobladores en el monumento a Álvaro Obregón en San Ángel, en 1935, siete años después del magnicidio, y en una gráfica actual. Un hombre en la vista panorámica de lo que era el río Chimalistac, en 1919, y las calles empedradas del apacible barrio en nuestros días.Foto Colección Archivo Casasola-teca Nacional del INAH. https://mediateca.inah.gob.mx/
repositorio/islandora/object/fotografia%3A433716
, Colección Incremento Acervo-Fototeca Nacional
https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia%3A9207 y Germán Canseco
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Periódico La Jornada
Domingo 6 de julio de 2025, p. 25

La colonia Chimalistac, cuyo nombre en náhuatl significa lugar del escudo blanco, es atractiva para los turistas nacionales y extranjeros por los 12 monumentos históricos con los que cuenta, entre ellos el erigido en honor a Álvaro Obregón.

Al norte colinda con la Ex Hacienda Guadalupe Chimalistac, al poniente con San Ángel, al sur con Copilco el bajo y Copilco Universidad y al oriente con Oxtopulco Universidad, mientras el empedrado de las calles, banqueta de recinto y algunas fuentes son parte de su historia reciente.

En 2012, el gobierno capitalino la declaró Patrimonio de la Ciudad. Actualmente es una colonia residencial, pero en el siglo 18 formó parte de los huertos de la orden de los carmelitas y cuya delimitación actual es conocida por los habitantes con el puente de Panzacola y el templo de San Antonio Padua.

Adriana Baschuck, residente de Chimalistac desde hace más de tres décadas, comenta en una caminata que en sus orígenes “había un caserío y todo formaba parte de los huertos de los carmelitas –que prevalecieron por 200 años– y hasta finales del siglo XIX se da la división territorial de la actual colonia, dividida con la Agrícola Chimalistac o Ex Hacienda de Guadalupe Chimalistac”.

Comenta que el nombre en náhuatl corresponde “a chimalli, que significa escudo, e iztac, que es blanco, y aunque eran tierras fértiles había piedra blanca y lisa, muy apreciada, pero después de la Colonia se fraccionaron las huertas y se construyeron las casas de retiro o de campo para personas de alto poder adquisitivo.

Resistencia a inmobiliarias

Las casonas se dividieron hace poco, Chimalistac no ha escapado al asedio del auge inmobiliario y la necesidad real de vivienda en la Ciudad de México, tras insistir en que también se cuenta con una declaratoria de protección y del programa parcial de desarrollo en el que no se permiten construcciones de más de tres pisos.

“También es conocida por el abundante arbolado, que por supuesto tiene que ver con el pasado de la tierra fértil de los huertos –que en su mayoría eran frutales– y su historia agrícola, que en términos inmobiliarios aumenta su valor, además de las calles empedradas que es suelo permeable, que debe protegerse y conservarse la piedra de recinto de las aceras”.

Las calles llevan incluso nombres de su origen, como Fresno, por la especie del arbolado; Secreto –donde se ubica la Ermita del Secreto–; Del Carmen, nombrada así porque ahí se hallaban también las huertas del convento; Calle de Hipo –apócope de Hipólito, personaje de la novela Santa –que se transformó en la primera película sonora– y la calle que lleva dicho nombre de la obra publicada en 1903.

La plaza Federico Gamboa, autor de esa famosa obra, es de las más visitadas en la colonia, que forma parte del conjunto arquitectónico de la parroquia de San Sebastián o de San Sebastián Mártir.

Baschuck relata que por la película Santa se incrementó el número de paseantes que buscaban la fuente que para los fines fílmicos sólo era parte de la escenografía, pero finalmente se hizo una de concreto, porque era lo que la gente quería; se hizo hace muchísimos años y ya forma parte del conjunto arquitectónico.

La Cámara o Ermita del Secreto, que data de 1620, junto con los puentes de Chimalistac, entre los que se encuentran el del Púlpito, que fue usado por los monjes carmelitas para ensayar sus sermones, donde tenían que hablar más fuerte que el ruido que había para que se escuchara a la distancia, que son también atractivo de la colonia.

Una finalidad de esta ermita era propiciar la plática en voz baja y permitirse algunos juegos, como las colaciones espirituales, consistentes en congregar a la comunidad. El nombre del secreto proviene del fenómeno acústico que se produce al hablar en uno de sus ángulos contra la pared, en voz muy baja, en el ángulo diametralmente opuesto se oye cuando se dice, sin que las personas colocadas en cualquier punto de la pieza lo oigan. Esto significa que es una bóveda perfectamente bien diseñada y construida, se lee en la placa instalada a la entrada del monumento.

Los residentes saben que en esa colonia viven la escritora Elena Poniatowska y el cantante Alex Lora.