Casi oro, casi ámbar, casi luz comprende un centenar de obras
Martes 8 de agosto de 2023, p. 5
El Museo Kaluz pone cara a cara dos tradiciones modernas de la pintura de paisaje. La exposición temporal Casi oro, casi ámbar, casi luz: Bienvenida del paisaje mexicano al paisaje japonés comprende un centenar de obras provenientes tanto de la colección del propio museo, como de la que formó Terry Welch, coleccionista estadunidense de arte japonés radicado en México. Los óleos, acuarelas, dibujos, pinturas a tinta china y color, biombos y rollos presentan escenas tanto del Monte Fuji como de los volcanes del Valle de México.
Desde joven, Welch se interesó por Japón y su cultura, a la que estudió por años. En 1972 fundó una compañía de diseño de paisajes y decidió dedicar el resto de su vida a crear jardines con inspiración japonesa. En 1995, el jardín conocido como el Sanctuario Welch, en Woodinville, Washington, recibió un certificado de mérito excepcional
. Welch es un activo coleccionista de arte japonés.
La mayoría de las piezas de la muestra abarca desde inicios del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Del lado del paisaje mexicano se incluyen artistas como Eugenio Landesio, José María Velasco, Gerardo Murillo Dr. Atl, Jesús Reyes Meza, Adolfo Best Maugard y Alfredo Zalce; por la parte japonesa figuran Dömoto Inshö, Hirai Baisen, Tsuji Kakö, Yamamoto Shun-kyo, entre otros.
El título de la exhibición está inspirado en el haiku El sauz, del poeta, periodista y diplomático mexicano José Juan Tablada, impulsor del arte japonés en el país. La frase hace referencia a la sutileza y belleza de las obras exhibidas. La exposición se divide en cinco secciones. La primera, Gestaciones, se refiere al nacimiento del paisaje como género.
Mientras en Japón este género surgió en el siglo XIV proveniente de China con el nombre de sansui-ga, traducido como montañas y agua, en México el paisaje como expresión artística se desarrolló hasta el siglo XIX a partir de la obra e influencia del pintor italiano Landesio. Este primer apartado también comprende obras de los llamados artistas viajeros en México
que, en su cuadros y grabados, retrataron la diversidad geográfica del país.
En la sección Territorios se exploran los cambios sociales, la construcción del Estado-nación moderno y la formación de la identidad nacional mediante las representaciones del paisaje. Se resalta la influencia de las escuelas de arte como la Academia Nacional de San Carlos, la Escuela de Bellas Artes de Tokio y la Escuela de Pintura de la Prefectura de Kioto.
Facetas invita a explorar las múltiples caras del paisaje en México, En tanto Exploraciones rinde homenaje a los artistas que innovaron en el paisaje en ambas naciones. La última sección, Ecos, se enfoca en las resonancias del paisajismo japonés en la pintura mexicana moderna y contemporánea.
Para Jaime Moreno Villarreal, asesor curatorial de Ecos, durante la segunda mitad del siglo XX, y hasta el día de hoy, la convivencia con lo japonés está presente en las búsquedas de algunos artistas mexicanos. El pensamiento del zen, la caligrafía y la pintura a tinta, junto con experimentaciones en el uso del papel, son elementos que sorprenden en obras contemporáneas
.
Luis Rius Caso es responsable del concepto curatorial de la parte mexicana, y Amaury García Rodríguez de la parte japonesa. Que este último sea director del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México, según Miguel Fernández, titular del Museo Kaluz, permitirá una colaboración entre ambas instituciones para difusión e investigaciones subsecuentes.
Casi oro, casi ámbar, casi luz: Bienvenida del paisaje mexicano al paisaje japonés permanecerá hasta el 30 de octubre en el Museo Kaluz (avenida Hidalgo 85, Centro).