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Mina La Herradura resiste y lucha por su libertad sindical
L

a lucha por los derechos obreros no descansa. Desafortunadamente, nuestra batalla contra los sindicatos falsos y corruptos que defienden los intereses de algunos empresarios avaros está más viva que nunca. Desde finales del mes pasado, nuestros hermanos trabajadores de la mina La Herradura, en Caborca, Sonora, pelean por el cumplimiento de sus derechos laborales y por regresar a nuestro sindicato. El conflicto se inició el 27 de abril, cuando el personal protestó frente a la negativa de la empresa Penmont, perteneciente a Grupo Peñoles, de pagar 10 por ciento de utilidades que les corresponden a unos mil 800 mineros. Es ilógico que una minera, cuya explotación se centra en el oro, plata y cobre, y que asegura tener un incremento en la producción, no produjera ganancias.

Sin embargo, los abusos y las injusticias no se reducen al reparto de utilidades. Además, los trabajadores no han recibido el pago de su salario durante el último mes y les fue depositado incompleto el fondo de prohuelga; incluso, algunos no recibieron ningún recurso. Todo esto ha sido resultado del desfalco en las arcas de esta sección, que el Sindicato Minero Metalúrgico Frente, grupo de choque impuesto por Peñoles, permitió durante los últimos tres años, es así que no existen los medios para completar dichos pagos que son un derecho inalienable de sus afiliados. Esta inaceptable situación ha llevado a los mineros y a sus familias a padecer una fuerte crisis económica que daña su bienestar y su calidad de vida.

Así, heroicamente los trabajadores lograron abrir las puertas del recinto sindical al que se les negó la entrada, a pesar de la justicia y veracidad de sus demandas. Posteriormente, desconocieron al Sindicato Frente como su representante y pidieron la presencia de nuestro Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana para afiliarse y regresar a ser parte de una verdadera organización que por más de 80 años ha defendido y luchado por los intereses de los mineros mexicanos.

En esa línea de represión, los obreros que protestaban afuera de la mina La Herradura fueron violentamente desalojados por la policía estatal, llegando incluso a presionarlos para que aceptaran la falta de pago de utilidades; además, con esto se ha dejado en claro que la empresa, junto con el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, han permitido las injusticias y la violación de la Ley Federal del Trabajo respecto de la libertad y la democracia sindical, por la que tanto el presidente López Obrador como la Cámara de Senadores hemos promovido y defendido. Definitivamente, los abusos de Peñoles son inadmisibles y el apoyo que encuentran en el gobierno estatal es indignante. La detención y agresión ilegal del dirigente local Flavio Vega, las agresiones contra los manifestantes y las injustas órdenes de aprehensión contra los trabajadores van contra la política laboral que impulsamos en la Cuarta Transformación.

En ese marco y desde el Sindicato Minero, enviamos una carta a Ken Salazar, el embajador de Estados Unidos en México, pidiendo su intervención, pues esta empresa está violentando el capítulo laboral de T-MEC al negar a los mineros su derecho de afiliación al organismo sindical de su elección. Aquí radica la importancia de contar y hacer uso de todos los mecanismos posibles para cumplir, proteger y garantizar la libertad y los derechos de las personas trabajadoras.

La admirable pugna de nuestros compañeros sonorenses enseña que en nuestro país aún no ganamos la batalla por mejores condiciones de trabajo. La violenta reacción de la empresa y su sindicato charro, así como del gobierno de Sonora, es una señal de que estas cúpulas de poder ven en el nuevo sindicalismo mexicano una amenaza y un tope a sus prácticas abusivas. Me llena de optimismo que cada vez más trabajadores se organizan para alzar la voz y terminar con las simulaciones que tanto dañan a nuestra cultura del trabajo. La confianza que depositan en el Sindicato Minero, del cual orgullosamente soy presidente y secretario general, muestra que todavía hay organizaciones fieles al objetivo: defender y ampliar los derechos para lograr la prosperidad compartida que anhelamos los mexicanos.

Seguimos en pie de lucha para defender a nuestros compañeros. No permitiremos que los abusos, la corrupción, la represión y las injusticias triunfen en detrimento de los miles de mineros que trabajan incansablemente en la mina La Herradura. Nuestro Sindicato Minero se mantiene, orgullosamente, comprometido con defender, servir y asegurar su bienestar. Es inaudito que en esta administración progresista y de izquierda se permita una vejación tal a los derechos de los trabajadores. Pero nuestro panorama es esperanzador, pues tanto desde las organizaciones sindicales, como desde el Poder Legislativo, hemos construido las bases para transformar el sindicalismo mexicano y garantizar la democracia sindical y la libertad de afiliación para eliminar a las organizaciones falsas y sindicatos blancos que han traicionado el interés obrero.

Hoy más que nunca debemos fortalecernos y unirnos para resistir estos embates, sólo así obtendremos reconocimiento real y eficiente a la clase trabajadora, quien es la verdadera productora de riqueza para nuestra nación.