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Santiago Creel, patético historial // Del hombrecito al diálogo // Disminuido y aferrado al hueso

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▲ Hace algunos ayeres, Santiago Creel (en la imagen, a la izquierda) operó, activa y obscena-mente para que Andrés Manuel López Obrador no lograra la candidatura presidencial, en línea con las maquiavélicas instrucciones de Fox, Martita y la pandilla panista.Foto La Jornada
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ué tiempos aquellos. Allá por las candentes jornadas del desafuero del jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, en 2004, se escuchó la voz de un envalentonado secretario foxista de Gobernación (hoy disfrazado de mártir de la democracia que, según dice, busca desterrar, de una vez por todas, las confrontaciones) que a los cuatro vientos gritaba: Andrés Manuel López Obrador debe enfrentar como hombrecito el juicio en su contra, en vez de sacar el bulto y echar la culpa a los demás.

Se trata de Santiago Creel, quien 19 años atrás, como inquilino del Palacio de Cobián, suciamente utilizó el puesto (junto a Fox, Martita y la pandilla panista) y desde él operó para lograr el desafuero del entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal y así impedir que éste alcanzara la candidatura presidencial en las elecciones de 2006, algo que, por lo demás, no logró. ¡Como hombrecito!, exigía quien hoy, disminuido y ridículo, reclama desterrar, de una vez por todas, las confrontaciones.

Es el mismo personaje que por aquellos ayeres buscaba para sí la candidatura presidencial por su partido, PAN, e hizo cochinero y medio para lograrla, algo que, dicho sea de paso, se le apestó a pesar de sus enjuagues con los medios electrónicos (450 permisos para salas de juego y casinos a Televisa y Tv Azteca, entre otros, a cambio de una bonita campaña promocional a su favor). Finalmente, las televisoras y otros mafiosos se quedaron con el jugoso negocio y Creel se fue por el caño. Pero hoy llama al diálogo y a superar los intereses de facción.

Creel operó, activa y obscenamente, para que Andrés Manuel no lograra la candidatura presidencial en línea con las maquiavélicas instrucciones de Vicente, Martita y la pandilla panista, pero lo hizo, también, como suerte de venganza, porque en el año 2000 López Obrador lo derrotó en las elecciones por la jefatura de Gobierno del Distrito Federal. Rencoroso y rabioso, el ex consejero ciudadano del Instituto Federal Electoral y hoy mártir de la democracia actuó como vil delincuente, como en los cochupos del Pemexgate y los Amigos de Fox.

Sin diálogo y confrontado con todo lo que oliera a López Obrador, en 2004 el abogado Creel (se supone que conoce el principio de presunción de inocencia), cual vil vándalo señaló que el entonces jefe de Gobierno debe enfrentar las cosas con valor, con verdad; si él cree que es inocente, que lo pruebe y lo demuestre, y si no que asuma su responsabilidad como huma-no y como hombre; lo demás es hacerle al cuento, tratar de crear nubes de humo por todas partes y otra vez, a lavarse las manos, otra vez a echar la culpa a los demás; que enfrente su situación como hombrecito y se acabó! ( La Jornada, Andrea Becerril, 7/08/04). La reportera le recordó que era al revés, que las autoridades debían demostrar su supuesta culpabilidad, pero el ahora mártir respondió: el que está haciendo la afirmación es él, no yo; por eso digo, que si cree ser inocente, que aporte las pruebas, porque se lo pidió la sección instructora, no yo.

En aquellos ayeres los comentarios del entonces secretario de Gobernación no fueron bien recibidos ni siquiera por los que hoy dicen ser sus aliados. Por ejemplo, legisladores del tricolor y de otros partidos advirtieron que su planteamiento lo coloca como fajador de barrio, como si estuviera en un pleito de piquera; rebaja el debate político y busca mayor confrontación con el gobernante capitalino, al adoptar una postura pendenciera y misógina; en lugar de conciliar y resolver problemas lo que hace es buscar pleitos.

Eso y mucho más, pero ahora Creel, aferrado al hueso de la Cámara de Diputados, asegura que son tiempos de encontrar coincidencias y ya llegará el tiempo en que las fuerzas políticas tendrán que contender en la arena electoral; rectifiquemos. Aún estamos a tiempo. No tenemos que repetir los errores del pasado. La política es también conciliación de intereses encontrados. Y se quedó tan tranquilo.

Las rebanadas del pastel

En el juicio contra Genaro García Luna el periódico El Universal y su propietario aparecen como los primeros embarrados en la larga lista de medios y periodistas maiceados por el secretario calderonista de Seguridad Pública. Balconeados, ahora Juan Francisco Ealy Ortiz y su pandilla editorial se retuercen, intentan desviar la atención y claman inocencia, como cuando lo enchiqueraron en 1996 por fraude fiscal (salió bajo fianza). ¡Y los que faltan!

Twitter: @cafevega