Opinión
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Desde el otro lado

Dos lecturas de una sorpresa

A

yer se confirmó que el partido demócrata tendrá mayoría en el Senado. En la Cámara de Representantes la decisión tendrá que esperar unos días más. Sin pretender hacer un análisis, para el cual sería necesario incorporar información aún en proceso en torno a esta históricamente anómala elección, cabe destacar dos aspectos: la recuperación de los candidatos demócratas, contraria a la apuesta de que los republicanos arrasarían en la votación de ambas cámaras legislativas, y la lectura sesgada sobre el papel que el presidente Biden tuvo en relación con la protección de la economía de las mayorías.

En el primer caso, estaba más o menos claro que los republicanos votarían en masa por los candidatos de su partido y los demócratas por los de su partido. En este contexto, ante la amenaza del desvalijamiento paulatino de la democracia y conscientes de ello, los votantes que normalmente se ausentan de las urnas en comicios intermedios, en esta ocasión sí salieron a votar, con independencia de los obstáculos y subterfugios que los republicanos sembraron en varios estados para evitar que lo hicieran. Aún está por comprobarse si el sector de votantes independientes, normalmente indeciso, también sufragó por la causa demócrata en defensa de la democracia. La amenaza que se cierne sobre derechos como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la defensa del medio ambiente, sin excluir el apoyo de Trump a un puñado de candidatos impresentables, fueron también poderosos catalizadores en las urnas.

El otro gran tema que no se puede soslayar fue la lectura sobre la inflación y la crisis económica. El juicio, no exento de cierto tufo conservador, de que el presidente equivocó su diagnóstico sobre el efecto inflacionario que tendría el paquete para salvar a millones de hogares de los estragos causados por la pandemia, es propio de una clase ajena a las necesidades más acuciosas de la mayoría. Para este sector, el presidente debió pensar más en el impacto inflacionario, no en el bienestar de los millones de ciudadanos de la clase trabajadora, los 10 millones de nuevos empleos y el robusto paquete de apoyo a la infraestructura. Está por verse si desde el punto de vista económico fue un error. Lo que sí está claro es que humanamente fue acertado, como también fue su decisión de ampliar los servicios médicos, incluido el millonario ahorro en gastos en medicinas para la mayoría. Para buena parte del electorado no pasaron inadvertidos estos esfuerzos del presidente y su partido.