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Escribir para el cine implica dar rienda suelta a la creatividad, afirma Paula Markovitch
 
Periódico La Jornada
Domingo 11 de septiembre de 2022, p. 6

La cineasta y escritora Paula Markovitch sabe que narrar es una experiencia viva, y quienes escriben para el séptimo arte “deben dar rienda suelta a su creatividad, alejándose de las fórmulas hechas, evadiendo el ‘formato’ de guion y su corsé ‘de instructivo’”.

Con esta convicción, Markovitch escribió, su libro Cacerías imaginarias (Escuela Superior de Cine), que le llevó 10 años y en el que de manera ágil, precisa y reveladora, evoca sus recuerdos de infancia, adolescencia, anécdotas, nostalgias y, comparte, a su vez, reflexiones y pensamientos en torno al arte de la escritura, el guion y la industria cinematográfica contemporánea.

Paula Markovitch, nacida en Buenos Aires, Argentina, el 28 de mayo de 1968, es hija de artistas plásticos. A los 22 años emigró a la Ciudad de México, donde reside y ha hecho narrativa, ensayo y poesía. En la adolescencia conoció el cine y luego participó en varios filmes como escritora.

En 2010, realizó su primer filme como directora: El premio, y recibió el Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín, y el Ariel a mejor película, mejor guion y mejor edición en 2011. Su segunda película como escritora y directora, es Cuadros en la oscuridad, a la cual siguió El actor principal y actualmente realiza la posproducción de Ángeles, una coproducción México-Argentina.

Sobre la génesis de Cacerías imaginarias, en entrevista con La Jornada, contó: El proceso empezó como apuntes teóricos de dramaturgia, porque soy maestra en distintas universidades; trabajo con diversos proyectos fílmicos y asesoro para el Instituto de Cine. Tenía ciertas diferencias con los manuales de guion más recurridos, no porque piense que están equivocados, sino porque siento que son parciales.

Es decir, que las herramientas que plantean son útiles, pero sólo en algunos casos; siento que existe una diferencia de cosmovisión del mundo gringo al latino, que no está representado en sus manuales.

Markovitch prosiguió: A medida que avancé, me di cuenta de que como el planteamiento básico es que cualquier dramaturgia sale de la experiencia viva, no podía proponer una perspectiva sin hablar de la vida; comencé a contar mi historia creativa y cómo han sido mis investigaciones.

En Cacerías imaginarias, que consta de tres partes (Escribir, Cine y Escribir Cine) y Fragmentos; además de la presentación y el prólogo, Markovitch, recuerda que en su adolescencia conoció el cine. “El encuentro –señala en el libro– no fue, para mí, una revelación excepcional. Se trató de una expresión artística más, que me resultó tan inquietante como la literatura y la pintura. Así empecé a escribir algunos ‘guiones’. Pero ya en ese momento se me hizo evidente, a través de la práctica concreta, que no hay diferencia entre escribir poesía, narrativa, ensayo o cine. Escribir es siempre escribir”.

Los simples y concisos capítulos fueron escritos con el propósito de ir al grano, como es en mi oficio de guionista; y he tomado ese tono y estilo para tratar de no dar vueltas, para decir lo que uno siente o lo que uno quiere decir.

Insta a generar diálogo

Cacerías imaginarias, agregó la cineasta, es un libro dirigido a todo aquel interesado en el cine, pero también le habla directa, sincera y auténticamente a todos los escritores o aspirantes a serlo, los invita a pensar, discutir e intercambiar puntos de vista y generar diálogo.

Realmente, es muy importante, para mí, haberlo publicado; me siento aliviada porque es una especie de resumen de una investigación de muchos años; estoy en plena actividad, trabajo en mis obras como cineasta; estoy en la edición de una cinta y también colaboro con otros artistas. Este es un extraño resumen, pero en medio del viaje y, espero, que todavía quede muchísimo camino de vida.

En torno al cine contemporáneo, sostuvo: Tengo muchas esperanzas porque veo artistas nuevos, que tienen una perspectiva diferente; pero un aspecto importante, que tenemos que asumir en Latinoamérica es no seguir confirmando la visión que tiene Europa de nosotros, la cual es condescendiente, y hasta un poquito colonial.

Es decir, siento que los festivales de cine europeos que son los que legitiman el cine mundial, tienden a querer ver desde Latinoamérica, cierta imagen de pobreza, de lamento, de seres anémicos y vencidos, y, creo, que los artistas de la región tenemos que revertir esa visión y contar la realidad, pues somos pueblos enérgicos, valientes, alegres; hay mucha oscuridad y dolor en la historia de los países latinoamericanos.

La autora puntualizó: El gran desafío del cine latinoamericano es no adecuarse a las expectativas que se tienen de él, sino, atrevernos a hacer algo enérgico y diferente.

Cacerías imaginarias, primera edición de la Escuela Superior de Cine, puede adquirirse en https://escine.mx/tienda-en-linea/ y en Librerías Gandhi y El Péndulo.