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Soy un poquito socióloga, un poquito sicóloga y un poquito fotógrafa, dice Vida Yovanovich

La cubana con 35 años de trayectoria asegura que con sus imágenes busca generar conciencia

Foto
▲ La cubana Vida Yovanovich y el mexicano Francisco Mata Rosas serán reconocidos hoy con la Medalla al Mérito Fotográfico por su trayectoria. En la imagen, Largo olvido, de Yovanovich.Foto cortesía del INAH
 
Periódico La Jornada
Jueves 25 de agosto de 2022, p. 6

La fotógrafa Vida Yovanovich (La Habana, Cuba, 1949) y su colega Francisco Mata Rosas (Ciudad de México, 1958) serán reconocidos este jueves con la Medalla al Mérito Fotográfico por su trayectoria, anunció la Secretaría de Cultura (SC) federal, que entregará el galardón durante la apertura del Encuentro Nacional de Fototecas, que se realizará en Pachuca, Hidalgo.

Conversar con Vida Yovanovich deja la impresión de estar frente a alguien que ha pisado este mundo más de una vez. Ella misma comenta que en otro tiempo debió ser una interna, porque en las cárceles se siente como en casa, señaló la SC en un comunicado conjunto con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

“En más de cuatro décadas, la fotógrafa ha desarrollado proyectos alrededor del abandono, el rechazo, la soledad, el paso del tiempo y el encierro entre las paredes de una prisión, un campo de concentración, un asilo o una habitación.

Para Yovanovich, el acto conmemorativo representa el cierre de un ciclo que se abrió hace 35 años, cuando ganó el primer lugar del Concurso de Fotografía Antropológica, organizado por esta misma institución.

En su casa ubicada en el poniente de la capital mexicana, donde radica desde hace más de 40 años, la fotógrafa rememora que la serie por la que obtuvo aquel premio (en 1987) fue Jugando a ser, iniciativa que exhibía a niñas simulando ser mamás en la pauperizada zona de Santa Fe, antes de que la urbanización cambiara por rascacielos y vías rápidas los pinos, encinos y riachuelos de esa zona de la Ciudad de México.

Es impresionante estar aquí, a punto de recibir un reconocimiento a mi trayectoria de 35 años después de haber ganado ese concurso que dio una vuelta de 180 grados a mi vida. Además, el tema por el cual gané en aquella ocasión también aludía a las muñecas abandonadas por sus dueñas, porque debían cuidar a sus hermanos más pequeños, situación relacionada con mi proyecto actual. Esas muñecas abandonadas se convierten en la infancia quebrantada por el abuso sexual, cita el boletín.

Los proyectos fotográficos de Yovanovich parten de un mismo hilo conductor y están muy relacionados entre sí, “de manera que la serie Rastro urbano se enfoca en los juguetes abandonados en los cinturones de pobreza de Santa Fe, y luego Jugando a ser es el antecedente de las historias de las víctimas infantiles”.

En 1971, cuando estaba recién casada, se mudó una temporada a Estados Unidos. Tuvo una crisis existencial, y luego de ser rechazada en un trabajo, su marido le preguntó: Si pudieras elegir a qué dedicarte el resto de tus días, ¿cuál sería tu elección? Quiero ser fotógrafa, respondió con una convicción que le sorprendió.

En mi bagaje también cargo con una historia familiar marcada por la persecución, el encierro y el exilio por motivos raciales y políticos, debido a mis padres, quienes huyeron de Belgrado, en la entonces Yugos-lavia. Cuando me preguntan de mi profesión, suelo responder: soy un poquito socióloga, un poquito sicóloga y un poquito fotógrafa. En ese orden, detalla el comunicado.

Yovanovich es fiel al principio de su colega Kati Horna, de que la fotografía pide su tamaño, por lo que procura exponer sus imágenes en la dimensión justa en instalaciones o montajes. Los proyectos fotográficos que ha desarrollado a lo largo de su carrera no han tenido otro propósito que generar conciencia, y creo que lo consigo: una cadena empieza por un eslabón. Ojalá encaminemos tomas de decisiones que favorezcan a quienes han carecido de justicia en este país, concluye.

El Premio al Mérito Fotográfico consiste en la entrega de una medalla y un diploma.