Opinión
Ver día anteriorJueves 7 de julio de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad perdida

Opositores afilan armas, entre ellos // Los panistas se empecinan // Un tricolor desdibujado

E

n estas fechas, más allá de fortalezas y debilidades, la alianza entre los partidos importantes de la oposición (PRI y PAN) parece imposible. No hay acuerdo ni la más mínima coincidencia, sólo lo que parece la enfermiza aspiración de derrotar a Morena.

Entre los panistas –prácticamente toda la cúpula– ya hay una decisión que según ellos será inamovible: el candidato a la Presidencia tendrá que salir de sus filas. Hasta donde se nos ha dicho, buscarán que los priístas apoyen a quien resulte su candidato.

No obstante, y aunque el aspirante retro Santiago Creel ha madrugado para lanzarse como un posible abanderado de la alianza, entre los integrantes de la dirección blanquiazul hay dudas sobre las posibilidades del ex secretario de Gobernación con Vicente Fox, pues hay otros nombres y diferentes militantes que podrían ser más fuertes que Creel.

Esto quedó de manifiesto en la reunión más reciente para analizar la ruta hacia 2024 en la que si bien se manejó el nombre de Creel, se acordó explorar otras posibilidades que den más seguridades a la alianza, y aseguraron que se hablará con el PRD –cuentan con ese partido– para forzar la aceptación del PRI a su propuesta.

Por otro lado, aunque hasta el momento tampoco tienen a un candidato firme a quien todos acepten, se dice fuerte y quedito que la alianza pasa porque los azules acepten a quienes ellos suponen que será un contendiente tan fuerte como para enfrentarlo a Morena con alguna posibilidad de triunfo.

Enrique de la Madrid, Alejandro Murat o Alito, quien asegura que será él y nadie más que él quien lleve la bandera tricolor a la contienda, pero esto en medio de una muy fuerte división y del dicho de muchos de ellos que advierten que el dirigente no llegará a la candidatura.

El asunto es mucho más grave de lo que se piensa. Ninguno de los grupos que buscan apoderarse del PRI pretende ceder, es decir, unos tendrán que echar a los otros con medios seguramente no muy ortodoxos. Las amenazas ya se cruzaron y aunque hasta el momento todo está en paz, hay quienes juran que en ambos bandos se velan armas porque la contienda será más que cruel.

Entonces, el asunto es que no hay candidato, pero sí una consigna: quien encabece la alianza será del PRI, eso se dice desde cualquier facción y hasta donde se nos informa hay advertencias de rompimiento de cuando menos uno de los aspirantes en caso de que la candidatura se vaya hacia otro partido, sea el PAN, el PRD o cualquiera que pretenda alimentarla.

Esta situación tenía que presentarse en algún momento. Las diferencias entre los organismos, cuando menos en papel, son enormes. La derecha que representan los azules no es la misma que la de los priístas, pero a fin de cuentas lo que los junta no es más que la ambición de poder.

Los intereses que cada uno representa son diferentes, muy diferentes. Las firmas a las que apoyan los tricolores no están con los azules que tienen a sus propios clientes, en eso estriba la diferencia que no habrá de permitir, a menos que algo muy importante suceda, que la alianza de la derecha llegue como tal al 24, pero aún hay tiempo. Ya veremos.

De pasadita

Los pleitos de los organismos electorales con el gobierno de Claudia Sheinbaum parecen que no van por buen camino y aquí habría que preguntar ¿qué es lo que hace el jurídico de la ciudad para evitar que los golpes de la autoridad electoral, muy mal intencionados, al son de venganza, se estrellen en la figura política de la jefa de Gobierno?

Sólo la fortaleza de la mandataria y el apoyo que le ha brindado la gente podrán contener la furia de los organismos electorales que atacan a su figura como si fueran otro partido político de oposición. Aguas.