Opinión
Ver día anteriorJueves 7 de julio de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Respuesta del embajador de Marruecos a editorial de La Jornada
E

l editorial de La Jornada publicado el 4 de julio de 2022 bajo el título de Complacencia entre monarquías adelantó unas afirmaciones infundadas que hacen necesaria una aclaración.

Primero, el autor afirma que la propuesta autonómica de Marruecos constituye una postura manifiestamente contraria a la legalidad internacional. Le sorprenderá encontrar que, según la documentación del sistema de la ONU, los conceptos de independencia y autodeterminación no son sinónimos y que ningún documento de la ONU tilda a Marruecos de país ocupante. El autor puede remitirse a la resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General de la ONU del 24 de octubre 1970, la cual dice: el establecimiento de un Estado soberano e independiente, la libre asociación o integración con un Estado independiente o la adquisición de cualquier otra condición política libremente decidida por un pueblo constituyen formas del ejercicio del derecho de libre determinación de ese pueblo. De lo anterior se deriva el encuadramiento de la propuesta marroquí en la legalidad internacional. Lo que efectivamente está fuera de esa legalidad es la negativa de la dirigencia del Polisario a permitir la libre expresión de la población detenida bajo su control y desposeída de sus mínimos derechos fundamentales.

Segundo, respecto al tema migratorio, cabe señalar que Marruecos no sólo es un país de origen y de tránsito de migrantes, sino también, desde principios de los 2000, es un país destino. Esto llevó a implantar políticas alternativas en las que la dignidad de los seres humanos es condición fundamental. Marruecos es el único país al sur del Mediterráneo que dispone desde 2014 de una política de regularización del estatuto legal de los migrantes, mayoritariamente procedentes de África subsahariana. En 2018, las autoridades marroquíes ya habían regularizado a más de 70 mil personas, dando prioridad a las mujeres migrantes y a los trabajadores sin contrato. Por lo tanto, la presión migratoria en Marruecos y sus esfuerzos de gestionarla dentro de lo previsto por las convenciones internacionales no es un fenómeno reciente. Lo nuevo es la agresividad del modus operandi de las estructuras y regímenes que provocan y promueven estas avalanchas humanas, así como su avituallamiento con armas artesanales. El desconocimiento hacia el tema migratorio sorprende en más de un sentido porque honestamente no se podrían ignorar los dramas humanos observados a diario en la frontera con Estados Unidos, durante los intentos de desplazamiento forzado y el desesperado paso de mexicanos y latinoamericanos hacia el suelo estadunidense. Tampoco se puede ignorar la participación de mafias transnacionales en estas tragedias humanas, como ocurrió en Melilla, sabiendo que las autoridades mexicanas están librando una lucha feroz contra estas redes.

Finalmente, de calificativos e insultos (monarquías belicistas, corruptas y opresivas) proferidos en contra de naciones amigas del pueblo y gobierno mexicano, hace innecesario cualquier comentario.

* Embajador del Reino de Marruecos en México