Opinión
Ver día anteriorDomingo 19 de junio de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Tumbando caña

¡Viva Juana Bacallao!

Q

uizá usted no la conozca o no se acuerde de ella, pero la dama a la que nos referiremos hoy es uno de los personajes más carismáticos y originales del folclor cubano. Otra como ella no hay, se lo aseguro. Se llama Neris Amelia Martínez Salazar, pero el mundo entero la conoce como Juana Bacallao o Juana la cubana: cantante, música, actriz de cabaret y personaje imprescindible de la escena cubana y que hoy llega a los 97 años de vida con tanta alegría como ha repatido a lo largo de su gesta.

La Bacallao creció al calor de una familia de escasos recursos en la barriada habanera de Cayo Hueso, quedando huérfana de ambos padres a la temprana edad de seis años, tras lo cual fue internada en un colegio de monjas de las Hermanas Oblatas que le enseñaron modales y una manera diferente de mirar al mundo.

Su historia está marcada por la tristeza, de la cual rehuye siempre que se pretende indagar en ella. Sólo dice que tuvo que abrirse camino en el mundo, enfrentando todos los desafíos sola: A pesar de no ser cantante se erigió como una de las más importantes del género guaracha. Sin haber estudiado música, aprendió a tocar el piano y ya instalada en la escena cubana es reconocido su desempeño y grandiosidad por su peculiar proyección y personalidad irreverente; además de por interpretar canciones con textos burlescos o trágicos.

Cuenta la historia, su historia, que fue descubierta por el productor escénico y director de orquestas Obdulio Morales, mientras cantaba y limpiaba las escaleras de una casa ubicada en la esquina de Laguna y Perseverancia, en el municipio de Centro Habana, donde trabajaba como empleada doméstica. Obdulio, quien por ese entonces estaba montando la obra musical Milagro de Ochún, la invitó a que se presentara a una prueba en el emblemático Teatro Martí. Morales había creado la guaracha Yo soy Juana Bacallao pensada para que la cantara la actriz Neris Martínez Salazar, pero en los ensayos, Juana le imprimió tal gracia y soltura que se quedó con la pieza. Con el número y el seudónimo. Así fueron los inicios de la ahora célebre comediante en los escenarios.

De formación autodidacta, Bacallao es una mujer de imagen controversial, no pocos la consideran excéntrica, pero ella asume sus actos con total desenfado. Cada persona nace con lo suyo, y con lo suyo se va, dice la propia artista en el tema Ponte pa’lo tuyo.

Foto
▲ La artista cubana Neris Amelia Martínez Salazar, conocida mundialmente como Juana Bacallao o Juana la cubana.Foto Teresa Correa, artista visual española

Menudita de tamaño pero con un ingenio gigante, es un portento en escena; tiene ritmo, gracia, afinación, dulzura y ubicuidad. Quizá por eso, una noche remota tras ir acabando un show en uno de los tantos cabaretes habaneros donde actuaba, confesó: Ahora andan con el lío ese de Juana de Cuba, todos somos de Cuba, y yo lo que soy es una ceiba que se quedó chiquitica.

Las anécdotas que se le adjudican son innumerables e increíbles; como aquella ocasión cuando el entonces presidente de Argentina Raúl Alfonsín llegó la isla invitado por el gobierno de Fidel Castro Rus. Cuentan que el protocolo del Ministerio de Relaciones Exteriores tenía el dato que Alfonsín –médico de profesión– era un hombre de hábitos saludables y que se acostaba temprano; asi que planeó un programa sin actividades nocturnas. Pero el visitante rompió el esquema pidiéndole al anfitrión conocer Tropicana.

La comitiva se improvisó en pocos minutos y un cuarto de hora más tarde, llegaban Castro y Alfonsín al centro nocturno donde Juana Bacallao se presentaba. La comediante cantó y bailó como ella sabe hacerlo y, al terminar su actuación, el animador del show tuvo la ocurrencia de preguntar: ¿Juana, cómo te sientes en esta noche tan especial para los trabajadores de Tropicana?. A lo que la artista respondió: Yo, encantada de actuar para nuestro primer ministro, dictador del universo y todos sus secuaces. Fidel Castro reaccionó como un resorte, casi corrió al escenario y besó y abrazó a la comediante.

De ese tamaño era Juana Bacallao en su plenitud. Una señora capaz de arremangarse el vestido hasta la cintura y exigir al público del segundo show en el Salón Rojo del Capri: ”¡A ver; mírenme bien! ¿Qué tiene Sarita Montiel que no tenga yo”?

Una de sus últimas interacciones en vivo fue con la cantante estadunidense Beyonce, en su visita a La Habana en 2013. La ex Destiny Child fue al Gato Tuerto a ver a Bacallao en una presentación. Según testigos, la artista cubana la invitó a subir al escenario para que viera como se baila bacalao con pan. Que va niña, ese meneo tuyo ya no se usa. Mira cómo lo hace Juana la cubana, le dijo ante la risa de los asistentes.

También se recuerda su descarga en La Habana con Will Smith en 2018, un año marcado por el llamado deshielo de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.