Opinión
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En el chopo

Aquellos abriles a finales de los ochenta

Y

a existía cierta efervescencia rocanrolera motivada por la campaña llamada Rock en tu idioma, por el surgimiento del movimiento rupestre y por las tocadas de fin de semana en la periferia del entonces Distrito Federal; en la radio ganaban audiencia estaciones como Rock 101 y espacio 59, por su parte, el programa Rock sin fronteras de Alfonso Teja, en Eco de Televisa, daba oportunidad y escaparate a bandas de rock mexicano y para completar el cuadro, en diferentes rumbos de la ciudad hubo proliferación de lugares, bautizados como antros, para escuchar rock en vivo. Era el 29 de abril de 1988 y apenas medio año antes había abierto sus puertas La última carcajada de la cumbancha (LUCC) y un par de meses después lo había hecho Rock Stock, mientras Rockotitlán ya había logrado ser un espacio reconocido y, justo muy cerca de Rocko, en la Plaza México, esa noche se presentó Miguel Ríos ante una multitud que resistió tremendo aguacero –qué impidió tocará Kerigma– para escuchar en vivo a un emocionado Miguel Ríos quien, entre muchas otras, se echó una rola que se convertiría en clásico: Nos siguen pagando abajo, título ad hoc por la carencia de conciertos masivos y por los abusos de la tira con los jóvenes. Fue una noche inolvidable.

Otro abril chido para el rock en México fue al siguiente año: 9 y 10 de abril de 1989. El estadio Corregidora, en Querétaro, fue la sede para el concierto de Rod Stewart quien se encontraba en buen momento. Aquí cantó en vivo, Forever Young, sencillo del álbum Out of Orden, publicado unos meses atrás. En estos conciertos los abridores fueron Bon y Neón. El precio del boleto fue de 65 mil pesos en cancha. Si se habla de diferencias entre estos dos conciertos se puede comentar que el de Rod fue más mediático y con más parafernalia roquera mientras el de Miguel Ríos fue, para muchos, más entrañable, más espontáneo, tanto de parte de Miguel, como de los asistentes, quienes escurriendo agua de lluvia corearon varías canciones y, entre una y otra, hicieron retumbar la frase Mé-xi-ico, Mé-xi-co, dirigida por Ríos desde el escenario. Ríos se despidió con una frase muy española, y muy emotiva, dirigida a los asistentes: Sos uno hijos de…

El Chopo en todas partes

Las banquetas de la calle de Enrique González Martínez de Santa María la Ribera vio nacer un gremio que después sería conocido como el Tianguis del Chopo; en esa calle la agrupación permaneció casi tres años –del 82 al 85– y después empezó su peregrinaje: la San Rafael, CU, el casco de Santo Tomás, el quiosco Morisco, la Atlampa y desde hace 33 años se estableció en la colonia Buenavista. Pero, lo bien aprendido nunca es olvidado, y ahora el Tianguis del Chopo se vuelve itinerante por voluntad propia. Tendrá presencia en otros espacios: domingo 8 de mayo en el Parque De La Cultura Urbana de la tercera sección del bosque de Chapultepec y el domingo 12 de junio en la Casa de Cultura Iztacciuhatl de la alcaldía Benito Juárez. Mientras este día en el domicilio oficial –Aldama entre Sol y Luna–, habrá festejo, con regalos y sorpresas, para chavitas y chavitos que asistan a territorio chopero. Felicidades a la chaviza de todas las edades.