"La Jornada del Campo"
Número 173 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Saharahuis
Higiene y tradición.  Mari OlcinaHigiene y tradición. Mari Olcina
Farmacia saharaui.  Mari OlcinaFarmacia saharaui. Mari Olcina

Alimentación, salud y nutrición en los campamentos de refugiados saharauis

Mari Olcina Simón MOSSolidaria ONGD

Desde hace más de 46 años, el pueblo saharaui, en su mayoría mujeres y niños, tuvieron que huir del Sáhara Occidental, su tierra, a causa de los bombardeos que Marruecos perpetró con fósforo blanco y napalm. Se dirigieron hacia la frontera con Argelia y allí se establecieron en los campamentos de refugiados saharauis, en la hamada argelina, denominada el desierto de los desiertos, un entorno agreste y yermo de arena pedregosa, quedando aislados de todo medio de vida autosuficiente y en situación de refugio prolongado, por lo que sigue existiendo una muy alta dependencia de asistencia externa.

Hoy son unas 200,000 personas refugiadas en cinco campamentos (Auserd, Smara, Dajla, El Aaiún y Bojador). Si revisamos los datos de la encuesta de nutrición realizada en el 2019 por el PMA y ACNUR, además de los datos recogidos en terreno, observamos la carestía nutricional que padecen los y las refugiadas en los campamentos saharauis, así como la necesidad de actuar a la mayor brevedad posible, con acciones firmes y consensuadas que favorezcan el derecho a una alimentación saludable.

Seguridad alimentaria y nutricional

Al consultar los datos, se da cuenta de un deterioro generalizado de los indicadores nutricionales, donde se advierte un empeoramiento significativo, tanto en la malnutrición aguda como en el retraso de crecimiento en los menores durante los 1000 primeros días de vida. En general, 50.1% de los niños y niñas menores de 59 meses sufren anemia; su prevalencia en mujeres en edad reproductiva ha aumentado hasta un 52.5%, y en embarazadas y lactantes un 55.1% y 69,1% respectivamente. Esta deficiencia se viene observando desde hace años y las consecuencias son devastadoras para la salud de la población refugiada saharaui; si a esto sumamos la alta dependencia de las familias de la ayuda externa en alimentos en el 94% de los hogares, junto con la carencia de una dieta rica en alimentos frescos y variados, nos encontramos con una población muy vulnerable y propensa a contraer diversas patologías a consecuencia de dicha inadecuada e insuficiente alimentación.

Las mujeres padecen en su mayoría déficit de hierro por lo que en muchos partos es necesaria una transfusión sanguínea. La carencia de hierro se puede suplementar con alimentos fortificados en dicho mineral.

La prevalencia en el retraso del crecimiento se encuentra en una media del 29%, esto es debido en gran parte a la alimentación repetitiva con un alto contenido en carbohidratos como alimento base de la dieta, en un nivel de alto consumo de azúcar, de harinas refinadas, de pasta y patatas como alimentos mayormente consumidos a diario y así durante años.

Alimentación y salud

La alimentación tradicional saharaui se componía, esencialmente, a base de carne y leche, una alimentación altamente proteica, contraria a la manera en que ha evolucionado hasta nuestros días a consecuencia del alto coste de la carne y de la dificultad para alimentar al ganado en la aridez de las tierras de la hamada, como producto de la ocupación de su tierra. Sin embargo, a pesar de las dificultades, continúan consumiendo el cuscús, el pan sin levadura cocido sobre la arena “mreifisa”, las brochetas de carne de camello, distintas sopas y potajes cocinados con legumbres, los pasteles de dátiles y miel, y el indispensable té. Este último con un importante valor simbólico que siempre acompaña las charlas y debates familiares, así como para recibir a los invitados y visitantes; siempre, siempre rompiendo los taninos con la espuma y con 3 tomas imprescindibles compuestas de la siguiente manera: el primero, amargo como la vida; el segundo, dulce como el amor; y el tercero, suave como la muerte.

Los alimentos tradicionales se reservan para las ocasiones especiales, y en el día a día se consumen, como ya hemos mencionado, alimentos compuestos generalmente por carbohidratos, importantes cantidades de azúcar y apenas leche, que la mayoría de las veces procede de leche en polvo, raramente frutas y verdura y ocasionalmente carne. Esta alimentación repetitiva y muy poco variada ha provocado diversas patologías, que van en aumento entre la población saharaui, además del retraso en el crecimiento del que ya hemos hablado y aportado datos.

Las patologías derivadas de la alimentación poco variada, el consumo excesivo de azúcar y el sedentarismo puede provocar obesidad, enfermedad cardiovascular, diabetes tipo II, retinopatía diabética, hipertensión arterial, síndrome metabólico, celiaquía, déficit de hierro o anemia ferropénica, afectaciones de la tiroides, etc., además de las enfermedades crónicas con implicaciones nutricionales deficientes.

Si bien, los campamentos cuentan con centros de salud a 3 niveles de atención gratuita, la carestía de medicamentos, de recursos materiales y humanos, de personal especializado y la incentivación adecuada, han de ser factores para tener en cuenta; y mantener el sistema socio sanitario y la continuidad de los servicios necesarios, son, pues, la clave para una atención continuada.

Desde MOSSolidaria ONGD, insistimos en abordar la atención específica de las prácticas higiénico-sanitarias y nutricionales, así como fomentar acciones higiénicas referentes al agua y saneamiento, ya que puede ser la fórmula inicial para frenar la parasitosis y las enfermedades infecciosas, que de dicha patología se derivan, así como de la situación de refugio prolongado.

Belleza y salud en la mujer saharaui

“La mujer saharaui debería tener el rostro redondo y blanco sin manchas, la nariz chiquita, los ojos grandes pintados de negro o café-miel, los labios negros y las encías obscuras, los dientes blancos, el cuello largo, el cabello lacio y largo, el tamaño del pecho mediano, las uñas finas, las manos pequeñas, sencillas, los hombros rellenos, la cintura chiquita, la cadera grande, las piernas gordas, no debe tener tobillo fino, tiene que ser todo parejo desde la pantorrilla hasta el talón, además debe tener el pie pequeño (...). Es complejo encontrar todos estos aspectos en una mujer, nadie es perfecto sino Dios.”

¿Qué problemas de salud acarrea el canon de belleza en la población femenina saharaui?

El canon de belleza de la mujer saharaui viene dado, como en occidente el deseo de la delgadez, por el entorno sociocultural, comprensiblemente atribuido a características que proporcionan salud y aspecto sano y lleno de vida, para dar continuidad a formar una descendencia fuerte y numerosa. En las culturas del norte de África y especialmente en el Sáhara Occidental, la mujer hermosa se ve representada por un aspecto voluptuoso, de caderas anchas, piernas robustas, de tez blanca y suave que ofrezca garantías de prosperidad a la familia y por tanto a la tribu a la que pertenece.

Dicho canon de belleza responde a la tradición nómada. Una mujer escuálida y quemada por el sol, para la cultura nómada, no es sinónimo de belleza, ni de mujer fuerte, ni de mujer cuidada y bien alimentada.

Este es un canon de belleza más valorado en el norte de África. Hay que tener en cuenta que, hasta la invasión colonial de Europa, en África no existían fronteras y las tribus nómadas se desplazaban libremente por el Sáhara (norte de Mauritania, suroeste de Argelia y sur de Marruecos), habitaban entre el rio Senegal sur (Azul) hasta Glimin, al sur de Marruecos, con costumbres socioculturales muy parecidas.

En los estudios antropométricos que llevamos a cabo en los campamentos de refugiados y refugiadas saharauis, el peso de la mujer se encuentra sobre un IMC superior a 30, (Normalmente, se considera que un IMC es “saludable” cuando está entre 18,5 y 25); un IMC sobre 30 para occidente sería equivalente a obesidad. Siendo este el peso ideal para la mujer saharaui.

En la población masculina se detectan algunas de las mismas patologías como son la diabetes tipo II, las enfermedades cardiovasculares y las respiratorias. En los niños la parasitosis, es quizás, el problema de salud más acuciante. La población masculina se encuentra dentro del rango de normalidad del IMC; los niños y niñas presentan, generalmente, bajo peso y altura para la edad.

Talleres y salud

Actualmente se realizan talleres de concienciación a nivel de salud en los centros de mujeres que están teniendo impacto de sensibilización en las féminas más jóvenes, acciones sobre la importancia de la alimentación y la salud. Doctoras y monitoras, han llevado a cabo una encomiable labor de sensibilización que abarca consejos y orientación hacia las jóvenes, sobre los efectos de algunos cosméticos y medicamentos para blanquear la piel y la ganancia de peso; sobre la obesidad y los riesgos que representa para la salud a largo plazo.

Con la llegada de las nuevas tecnologías y los patrones de belleza occidental, se está invirtiendo esta tendencia en las adolescentes saharauis. Actualmente, de forma progresiva se va diluyendo la razón sociocultural que propone el canon de belleza clásico; los medios de comunicación, las nuevas tecnologías y la visualización de películas indias de Bollywood van cambiando la forma de pensar de las jóvenes saharauis; aunque la tradición de las mujeres mayores sigue en su ideal de belleza tradicional.

Como en todos los ámbitos de desarrollo, la educación es el motor de los cambios y el avance de los pueblos, poco a poco se irán conociendo pautas de salud saludables y en próximas generaciones se establecerán como actuaciones normales, sencillamente porque una alimentación saludable es lo más eficaz, hasta el momento, para mantener la salud.

Taller de pautas higiénico-sanitarias.  Mari OlcinaTaller de pautas higiénico-sanitarias. Mari Olcina

RECURSOS Y SALUD PARA LA POBLACIÓN REFUGIADA SAHARAUI

Es de vital importancia que se mantenga la estabilidad de los recursos, tanto económicos como humanos, en áreas tan críticas y fundamentales como la salud y que necesitan ser apoyadas de forma sostenida y constante. Aunque la solución a la problemática que nos ocupa no es solo un problema de nutrición y salud, es también de libertad y Derechos Humanos que se podría resolver si no tuvieran que vivir en situación de refugio; si estos estuvieran en su país, con uso y disfrute de los recursos, entonces los problemas de salud derivados de la alimentación podrían ser atendidos de forma integral. El Sáhara Occidental es rico en la producción de hortalizas y con magníficos caladeros de pescado, además que el acceso a esto permitiría trabajos dignos y adecuadamente remunerados, cuestión que es justa y deseada. Mientras tanto seguiremos apoyando al pueblo saharaui allí donde se encuentre hasta lograr que esto sea posible.•