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Desde hace 12 años, precarización laboral en la ENAH: trabajadores

El ingreso real y las prestaciones han disminuido mientras las cargas de actividades crecen por plazas congeladas, aunado a la inestabilidad, señalaron administrativos y académicos

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▲ Manifestante durante la protesta de trabajadores de la Escuela Nacional de Antropología e Historia ayer frente a las oficinas centrales del INAH.Foto Roberto García
 
Periódico La Jornada
Jueves 6 de enero de 2022, p. 3

La reciente confrontación en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) es fruto de un proceso de precarización padecido en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) durante décadas con la disminución de prestaciones y del ingreso real, cargas laborales que se han duplicado o triplicado e inestabilidad en la contratación, coincidieron empleados del instituto.

Funcionarios, trabajadores y docentes de la dependencia, que pidieron el anonimato por temor a ser despedidos por protestar y otras represalias, dijeron a La Jornada que el entorno adverso a las condiciones generales de trabajo viene desde al menos los dos sexe-nios pasados.

Aunque el director general del INAH, Diego Prieto, reafirmó que todos los trabajadores eventuales de la ENAH serán recontratados y se comprometió a tener listos los documentos este viernes, la situación contra los derechos laborales es más de fondo, agregan los entrevistados.

Un empleado de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) denuncia que la mayoría de los trabajadores del INAH tienen el sistema de contratación mal llamado eventual, que antes se conocía como de salarios compactados.

Estamos hablando de una precarización completa en el INAH y sus dependencias. Es una lástima porque hay muchos casos de favoritismo y nepotismo.

Sostiene que se trata de un daño a las condiciones generales del trabajo que se viene arrastrando desde varios sexenios atrás. Destaca que en la institución a la que está adscrito la mayoría de los empleados especializados son eventuales, tienen muchos años de trabajo ahí y se encargan de proyectos muy importantes.

Entre otros, se hacen cargo de la restauración del patrimonio dañado en los sismos de septiembre de 2017, la conservación de la polémica escultura de Cristóbal Colón retirada de Paseo de la Reforma y los salvamentos de material arqueológico en la ruta del Tren Maya y en otros puntos del país.

Concluye que esta situación de precariedad laboral prevalece en todo el INAH y no es culpa de su coordinadora, María del Castro Barrera. En sexenios pasados se estaba mucho peor, pero en la actualidad la mejoría ha sido mínima. Ante la falta de estabilidad no puedes comprar una casa o un coche porque no sabes si tendrás trabajo el siguiente trimestre o año y esto ha afectado la economía de mu-chas familias.

Dos docentes que ganaron plazas permanentes concordaron en que es común y generalizado que no se les reconozca la antigüedad generada en diversas épocas por los requisitos excesivos de continuidad y de conservar los documentos que avalan su trabajo.

Un arqueólogo que realizó trabajos de salvamento en campo durante una casi década, ahora profesor de un Centro INAH, refirió que nunca se les hizo válida esa labor para cuestiones de antigüedad.

Una profesora de la ENAH lamenta que el INAH es una institución injusta con sus trabajadores, puesto que no respeta los años que sirvieron a la institución ni de la manera humana ni de sus derechos laborales, que sí tienen otras universidades de la Ciudad de México.

En cada cambio, más merma

Por otro lado, una jefa de departamento explica que la situación de precarización se extiende a los mandos medios, pues comparte la forma de contratación eventual incluso con su subdirector. Además, con la pandemia la funcionaria tuvo que incrementar sus funciones y hacer un enorme gasto para comprar equipo que no le proveyó el INAH.

Relata que la plaza que ocupa pertenecía al servicio profesional de carrera, pero fue congelada, como muchas otras en el instituto. En vez de ser empleada por tiempo indefinido, tiene que firmar cada tri-mestre un nuevo contrato y asumió con la condición de renunciar a una parte del aguinaldo que había generado como profesora durante el año anterior a su nombramiento.

“Tengo un salario que corresponde al puesto de trabajo, pero en mi recibo de pago dice que es menor y se complementa con una ‘compensación garantizada’, que no incide en las prestaciones de ley. El puesto de jefe de departamento en una institución federal ni siquiera me permite tramitar un crédito para adquirir una vivienda.”

Recuerda que han cambiado las formas de contratación en la reciente década de los sistemas de capítulo 1000, salarios compactados, al rubro 3000 y eventuales, cuyo paso de uno a otro significaba perder prestaciones o a veces empezar a recibir seguridad social y aguinaldo, pero disminuir su salario.

Añadió que con cada cambio de sistema de contratación hay recortes de personal, que precarizan aún más el trabajo, pues quienes permanecen laborando reciben una sobrecarga de actividades. “Estamos cumpliendo las metas a costa de invertir recursos personales y de que la gente trabaje más de ocho horas, lo cual es ya una violación importante a la Ley Federal del Trabajo.

Explotación laboral

Es explotación laboral el que tengas que invertir tus recursos para poder seguir trabajando y, además, invertir muchísimo más tiempo para que las metas se cumplan, porque si no, tienes que justificar por qué no alcanzaste los objetivos del trimestre del año.