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La secuela de Venom da un giro gótico; su estreno es el inicio de la temporada de otoño
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▲ Una escena de la cinta, que lleva a Eddie Brock a la órbita de un asesino en serie.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de septiembre de 2021, p. 8

Nueva York., Si Venom de 2018 dejó una conclusión ampliamente aceptada, es que cuando dejas que Tom Hardy se suelte, suceden cosas buenas.

No todo funcionó en la película, una historia más oscura y viscosa adyacente al Spider-verso, de Sony Pictures. Sin embargo, Venom, encabezada por Hardy como una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, logró liberarse de algunos de los ritmos prescritos de las cintas de superhéroes.

En su escena más comentada, el periodista Eddie Brock (Hardy) es abrumado por el simbionte alienígena que vive dentro de él: Venom, un Hulk viscoso y de aspecto siniestro cuya voz también hace Hardy. Tiene un apetito voraz, por lo que en una escena ambientada en un restaurante de mariscos Hardy improvisó que Brock, bajo el control de Venom, saltara a un tanque de langostas. Lo que se suponía que iba a ser un decorado de fondo se reconstruyó para apoyarlo y generó el momento decisivo para una franquicia de cómics extraña y deformada.

Ese tono fue lo que todos acordaron universalmente que era el epicentro de este mundo, afirmó Andy Serkis, director de la secuela Venom: Let There Be Carnage (Venom: Carnage liberado). Ese es precisamente el momento de prueba del que partimos.

Venom: Let There Be Carnage, que Sony estrenará en cines el viernes después de un año de retraso debido a la pandemia, extiende lo que podría ser la serie de superhéroes más extraña que existe. El conflicto dominante tiene menos que ver con salvar el mundo y más con una pareja muy rara unida en un solo cuerpo. Dado que los dos papeles principales son interpretados por el mismo actor, es una película de cómic centrada en la interpretación libre y despreocupada de un histrión.

“Lo emocionante es poder ahondar en la sique humana y la paradoja de la condición del hombre e interpretarlas en un thriller de acción de superhéroes y farsa”, aseguró Hardy por teléfono desde Londres. Las máscaras de Eddie Brock y Venom son desbordadas, pero en última instancia son las dos caras de la misma moneda.

Para los estándares de las cintas de superhéroes, el primer Venom fue un poco arriesgado. Es un personaje de Marvel relativamente marginal; las películas, señala Serkis, nadan en el extremo más oscuro de la piscina de ese universo. sin embargo, a pesar de que las críticas no fueron muy buenas, la película fue un éxito de taquilla al recaudar 856 millones de dólares en el mundo.

Cuando salió, a los críticos no les gustó, lo cual es bastante justo, pero al público sí. Funcionó muy bien, lo suficiente como para que Sony hiciera otra, sostiene Hardy. Tuvimos que hacer un informe, prepararnos y preguntar: ¿Qué funcionó aquí? ¿Qué no? ¿Qué podemos hacer mejor?

Tom Hardy, con el control

Para la secuela, Hardy asumió un control más firme. En el primer Venom, el actor dijo que unos 30 minutos de escenas quedaron en la sala de montaje. Esta vez recurrió a Serkis, el actor y director conocido por su extenso trabajo en la interpretación con captura de movimiento, para que continuara la labor del director de la original, Ruben Fleischer. También participó en la configuración de la secuela; a él y a Kelly Marcel (coguionista) se les atribuye la historia de la película. Hardy es además productor, una novedad para él en un largometraje.

Poner tu sombrero en el ring es un paso lógico. Kelly y yo le preguntamos a Sony si nos darían la oportunidad de presentar una propuesta para la segunda película, agrega Hardy. “Y ellos dijeron, ‘por supuesto’”.

Let There Be Carnage da un giro gótico al llevar a Brock a la órbita de un asesino en serie, Cletus Kasaday (Woody Harrelson). Kasaday atrae a su propio simbionte, Carnage, lo que le permite escapar de prisión. La secuela también trata sobre Brock y Venom atravesando lo que Serkis llama la comezón del séptimo año en su relación, ya que ambos anhelan la independencia. En una escena ambientada para Louis Prima, Venom le prepara el desayuno a Hardy para animarlo.

Para Serkis, quien dirigió Mowgli: Relatos del libro de la selva, de 2018; Una razón para vivir, de 2017, y prepara una adaptación de Animal Farm (Rebelión en la granja), de George Orwell para Netflix, es otro giro en una carrera que cambia constantemente. Serkis, que revolucionó el uso de la captura de movimiento en personajes como Gollum de El señor de los anillos y Caesar en El planeta de los simios (R)evolución, se ha sentido cada vez más atraído por el nexo entre el cine y la tecnología.

Lo que realmente me interesa es el futuro de la narración y cómo va a cambiar en los próximos 10, 20, 30 años, dice Serkis.

Let There Be Carnage dará inicio a la temporada de películas de otoño, y muchos seguirán de cerca su desempeño.