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Simplificar el pago de impuestos, eje de la estrategia de recaudación
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▲ La simplificación para personas físicas implica una serie de cuotas fijas, explicó Raquel Buenrostro, jefa del SAT.Foto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Viernes 10 de septiembre de 2021, p. 24

Más allá del cerco a la elusión y evasión fiscal, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) centra su propuesta de ingresos para el próximo año en un régimen simplificado de confianza que facilite el pago de pequeños contribuyentes, tanto personas físicas como empresas. Con éste se busca reducir la informalidad, aumentar la base de causantes y que los negocios tengan liquidez, de acuerdo con el organismo.

El proyecto se centra en facilitar el pago de impuesto sobre la renta (ISR) para personas físicas que facturen menos de 3 millones 500 mil pesos al año y empresas cuyas entradas no rebasen los 35 millones de pesos anuales. Se estima que 82 y 96 por ciento, respectivamente, de los contribuyentes actuales, se puedan beneficiar.

El régimen simplificado de confianza, como se calculó, no tiene un impacto recaudatorio al no contener mayores impuestos o tasas, así que el beneficio para el gobierno viene con la ampliación del número de contribuyentes, explicó Raquel Buenrostro, jefa del SAT. De acuerdo con experiencias internacionales puede aumentar hasta 30 por ciento.

En conferencia de prensa, detalló que los contribuyentes de cuatro regímenes –el de personas físicas con actividad empresarial, el de incorporación fiscal, el de actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas y pesqueras, así como arrendamiento– pueden optar por el régimen simplificado de confianza para facilitar su pago, lo cual no implica que los otros desaparezcan.

La simplificación para personas físicas consiste en una serie de cuotas fijas que indican cuánto se debe pagar, en función de cuánto se ingrese. Buenrostro explicó que se revisaron todas las deducciones a las que puede aspirar un contribuyente y ahora se aplicarán en automático.

El objetivo es reducir la carga administrativa y económica que conlleva el pago de impuestos, que no se necesite gastar en un contador o especialista para identificar cómo o cuánto tributar. Aunque (los contribuyentes) no entiendan la ley, van a poder gozar directamente de los beneficios que tenían los que antes sí la aprovechaban al máximo, explicó la titular del SAT.

La tasa mínima en dicho esquema es uno por ciento para quienes ingresen menos de 300 mil pesos en un año; la máxima de 2.5 por ciento para las personas que facturen hasta 3 millones 500 mil pesos. La medida puede alcanzar a 21 millones de micro y pequeños negocios, entre quienes ya tributan actualmente y los que potencialmente tendrían incentivos para migrar al sector formal de la economía, considera la iniciativa de ley.

Para las empresas que facturan hasta 35 millones de pesos en un año, se propone una entrega de ISR con base en los ingresos que efectivamente ya recibieron y no en los que se supone que les deben entregar terceros que las contraten, conocidos como ingresos devengados.

Esto no quiere decir que se les reduzca la tasa empresarial de 30 por ciento, pero sí podrán calcular su entrega tributaria con base en el flujo de recursos que efectivamente entran a los negocios y no en aquellos sobre los cuáles tienen derecho. Esto busca apoyar la liquidez de las unidades económicas, comentó el gobierno federal.

También se permite a la empresas depreciar sus inversiones con tasas de descuento mayores que las vigentes, el objetivo es fomentar la inversión y la creación de empleo. Por ejemplo, un restaurante podrá deducir en 3 años 33 por ciento de sus adquisiciones, en lugar de 5 años para 20 por ciento con el esquema actual.