"La Jornada del Campo"
Número 167 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Transiciones agroecológicas
Parcela de productor Claudio Beltrán.  Estrategia de Acompañamiento Técnico, 2021Parcela de productor Claudio Beltrán. Estrategia de Acompañamiento Técnico, 2021

SINALOA

Una apuesta por el cambio

Juan José Valdespino. Especialista en Transición Agroecológica

En Sinaloa, en el ejido Canán, municipio de Culiacán se desarrollan prácticas agroecológicas visionarias que les permiten vivir a los productores de forma sustentable, abaratando costos de producción e incrementando rendimientos. Los productores de este ejido, cosechan maíz blanco con prácticas agroecológicas y sin glifosato, lo cual muestra un antes y un después en la agricultura maicera de Sinaloa.

El maíz es sembrado con prácticas agroecológicas (con uso de microorganismos, control biológico y un método que propicia decisiones a partir de la medición de pH, conductividad eléctrica, potencial de óxido reducción y otros indicadores). El resultado fue la cosecha de 14.28 toneladas por hectárea, con un costo por tonelada de dos mil 744 pesos, 644 pesos por debajo de un predio “testigo” cultivado con agroquímicos, donde el rendimiento es de 14.7 toneladas por hectárea.

Resalto que el principal beneficio está en cosechas saludables que abonan a la salud de las familias de los productores y de los consumidores, así como del cuidado del medio ambiente. El productor Claudio Beltrán señaló que desde hace tres años se involucró en la producción agrícola con el modelo Agricultura Campesina de Conocimientos Integrados y Manejo Integral de Cultivos Inducidos (ACCI-MICI), cuyo sustento es que los productores se adentren al conocimiento de su recurso suelo, aprendan a observarlo y medir su condición de nutrientes y otros indicadores de salud y nutrición de suelo y planta, como el pH y la conductividad eléctrica.

A partir de ello, y con el uso de rastrojos, de oxigenadores, de microorganismos, de inductores de resistencia y otros, así como una metodología de monitoreo permanente de plagas, enfermedades y uso eficiente del agua de riego, el productor logra eliminar paulatina o definitivamente la utilización de agroquímicos y de glifosato.

El productor produce sus propias semillas, con lo cual logra independizarse de las trasnacionales. En su predio, se realizaron análisis de muestras de suelo y grano para detectar presencia de residuos de 107 agroquímicos, glifosato y aflatoxinas y todos resultaron negativos.

La producción de semilla le permitió ahorrar el 84 por ciento de costos en este rubro, ya que sólo invirtió mil 284 pesos por hectárea, menos que los ocho mil 100 pesos que invierte regularmente un productor. En insumos, los costos fueron inferiores en 21 por ciento a la agricultura tradicional, pues usó bioinsumos producidos localmente. El manejo integrado permitió reducir un riego al cultivo, ya que sólo se realizaron cuatro de los cinco que requiere la agricultura por lo regular.

Existen más productores que se suman a esta forma de vida como Mario Urías y Leonel Ibarra, productores pioneros en Sinaloa del ACCI-MICI, y que con el acompañamiento de Juan José Valdespino, especialista, son la avanzada junto a productores jóvenes como Claudio Beltrán, en la transición agroecológica.

Estos productores consideran que el conocimiento generado con la práctica de ACCI-MICI debe difundirse entre los agricultores del país para dar fin a la revolución verde que induce el uso de agroquímicos sin una responsabilidad sobre los daños al medio ambiente y a la salud humana. Este modelo de ACCI-MICI es una alternativa donde el productor no pierde productividad y gana en cosechas sanas. •