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Tokyo 2020

Pone la salud mental de atletas en los reflectores de Tokio

Biles muestra su lado más frágil
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▲ Biles renunció a defender su título individual en la prueba de todos los aparatos.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 29 de julio de 2021, p. 5

Tokio. Humana, demasiado humana, la gimnasta estadunidense Simone Biles exhibió su lado más frágil, como cualquier persona sometida a demasiada presión. Un día después de que se retiró en plena competencia por equipos, anunció que no defenderá tampoco su título olímpico en la prueba de todos los aparatos individual. La superestrella renunció a la final del jueves (madrugada de México) para cuidar su salud mental.

Jade Carey, quien terminó novena en la calificación, ocupará la plaza de Biles. En un primer momento, Carey no se clasificó porque era la tercera estadunidense, detrás de Biles y Sunisa Lee, y las normas de la Federación Internacional de Gimnasia no permiten más de dos deportistas por país en las finales.

Biles será examinada antes de decidir si participa por las preseas individuales de la próxima semana. La estadunidense alcanzó las cuatro finales, algo que no había logrado en Río de Janeiro 2016, donde ganó cinco medallas. Aún puede participar en esas pruebas de aparatos (salto, suelo, viga y barras asimétricas) del 1º al 3 de agosto.

La renuncia en plena justa de Biles resulta asombrosa en la medida que pone en entredicho la imagen de los deportistas de alto nivel inquebrantables. Los atletas acostumbran ocultar sus fragilidades y tormentas, que sólo salen a la luz una vez que han terminado sus carreras. El antecedente cercano, quizás, sea el de la tenista Naomi Osaka, y su episodio más sonoro con la gimnasta estadunidense atormentada por los demonios en la cabeza.

El imperativo del deporte exige a los atletas que no hay otro fin más que ganar. A como dé lugar. Dominar al rival. Sobreponerse a la adversidad. Esa ha sido la prédica de los entrenadores de los deportistas de élite por años.

Biles trató de hacerlo. Hasta que un día, para sorpresa de todos, decidió que no tenía la cabeza en el sitio indicado. Entre las razones que expuso apenas salió de la competencia estaba la incertidumbre que la embargaba y la pérdida del placer de ejercer una disciplina que le apasiona. Era como pelear con todos mis fantasmas, dijo; tengo que hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental. Y unas horas antes escribió en redes sociales que sentía el peso del mundo sobre sus hombros.

El acto de Biles ha puesto sobre la mesa el tema de la salud mental de los deportistas, del que se viene hablando desde hace algún tiempo.

Michael Phelps, el deportista olímpico por excelencia, ganador de 23 medallas de oro, hoy reti-rado, ha hablado abiertamente de sus problemas sicológicos. Dijo que después de los Juegos de 2012 tuvo un estado depresivo que lo hizo contemplar el suicidio. Hoy analista de las pruebas de natación de la cadena NBC, que transmite los Juegos en Estados Unidos, señaló que los padecimientos de Biles los destrozaron.

Desde hace 18 meses que se viene hablando bastante de los trastornos mentales de los deportistas, indicó Phelps; somos seres humanos. Nadie es perfecto. Está bien no estar bien.

Thriveworks, empresa que ofrece servicios sicológicos y siquiátricos en más de 300 sitios, dice que uno de cada tres deportistas de élite padece de ansiedad y depresión. Agrega que las críticas afectan mucho a los deportistas.

Biles sin embargo no está sola. Además del reconocimiento de especialistas que consideran puede ayudar a combatir el estigma de la salud mental, la gimnasta recibió un nutrido apoyo de sus compañeras, otros deportistas, la Casa Blanca y celebridades. “Gratitud y apoyo es lo que se merece @Simone_Biles”, tuiteó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.