Las personas con discapacidad tienen muchas dificultades para acceder a una educación de calidad, y la pandemia de Covid-19 puso mayores barreras a este sector al llevar a la virtualidad las clases, consideraron expertos de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en la presentación de la campaña Naveguemos por la Inclusión.

A escala global, mil millones de personas, es decir, una de cada ocho, experimentan una discapacidad y en América Latina y el Caribe este sector representa 13 por ciento, señaló Indira Salazar, oficial de Comunicación e información de la oficina de la Unesco en Quito, Ecuador.

Agregó que ante el demandante contexto del Covid-19 se requieren respuestas innovadoras a las demandas emergentes y por ello la Unesco lanzó la plataforma https://es.unesco.org/naveguemosporlainclusion, que está dirigida a gobiernos, instituciones educativas, docentes y organismos evaluadores. El sitio contiene una serie de medidas indispensables y procesos de seguimiento para mejorar la educación para las personas con discapacidad, así como herramientas que se pueden implementar en sus planes educativos”.

Fréderic Vacheron, representante de la Unesco en México, detalló que en Latinoamérica y el Caribe 8 millones de menores de 14 años viven con discapacidad y debido a las barreras siete de cada 10 niños con discapacidad no pueden asistir a la escuela.

Destacó que se cumplen 15 años de la convención para los derechos de las personas con discapacidad, la cual está en vigor desde 2008, y aunque es un instrumento ambicioso, es el primero de los derechos humanos del siglo XXI, todavía los progresos y las políticas de inclusión están lentos.

Ambos especialistas consideraron que la pandemia podría incrementar la deserción escolar entre los estudiantes con discapacidad. Actualmente, según el Inegi, en México 46 por ciento de las personas con discapacidad que deberían estar en la escuela, no lo están. De acuerdo con la agrupación Yo También: Discapacidad con todas sus letras, con el coronavirus podría haber hasta 30 por ciento más de deserción que la habitual en este sector.

La Unesco subrayó que las clases en línea pueden ser un problema para infantes con discapacidad. Por ejemplo, para aquellos con limitaciones motrices, los ratones y teclados tradicionales complican su interacción; para quienes tienen dificultad del habla, las sesiones interactivas no siempre consideran sus necesidades para comunicarse con sus compañeros, y para los que tienen discapacidad visual, los materiales impresos tradicionales no siempre son accesibles para ellos, entre otros problemas.