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Medealand, una obra sobre el sacrificio de los hijos para que no nutran el patriarcado
 
Periódico La Jornada
Jueves 13 de mayo de 2021, p. 7

Un fragmento de la propuesta artística Medealand-El exilio de Medea, obra de la dramaturga sueca Sara Stridsberg, con adaptación y dirección de la creadora escénica mexicana Esther André González, fue puesto en línea en la página de Teatro UNAM.

En la historia la protagonista sacrifica a sus hijos para que éstos no terminen por nutrir un sistema autoritario y patriarcal.

Medealand... es un híbrido entre el teatro, el cine mudo y la coloratura del cómic que sirve para relatar desde el confinamiento en un hospital siquiátrico la historia de Medea, en un ir y venir entre su pasado y presente, tiempos que se amalgaman en un rincón de la atormentada, desamparada y vulnerable mente de la protagonista.

De acuerdo con André González, en charla telefónica desde Atenas, se trata de un drama sicológico que intenta entrar en el corazón y mente de la Medea de Eurípides desde una óptica contemporánea.

La obra original de Sara Stridsberg destaca la condición de migrante de Medea, extranjera que viene de otras latitudes y tiene otras creencias, pero que en el momento en el que ya no se le necesita es marginada y se le quitan todos sus derechos, explicó André.

Stridsberg retrata a una Medea contemporánea, en el momento en el que termina su relación con Jason y pierde como migrante todo estatuto legal y toda posibilidad de que se le haga justicia. Con el corazón destrozado, se encuentra en una situación excepcional: deportada del país de residencia y sin la posibilidad de regresar a su país de origen.

La dramaturga radicaliza la postura de Medea, quien después de repetidos llamados de auxilio en medio de una sociedad patriarcal sorda y ciega y en búsqueda de justicia, sacrifica a sus hijos en “un acto político para que no nutran ese sistema autoritario y patriarcal; un acto político frente a un poder alienante que le exige ser víctima y cómplice de ese status quo.

Las escenas fueron filmadas vía Skype, usando cámaras de computadoras y teléfonos celulares. Los actores interactuaron en sincronía en Atenas y Ciudad de México.