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Aprueba el IECM crear registro de agresores políticos de mujeres
 
Periódico La Jornada
Viernes 7 de mayo de 2021, p. 30

A partir de ahora, cualquier persona que cometa actos de violencia política de género en la Ciudad de México será inscrito en un registro público que contendrá su nombre y partido, a fin de prevenir la afectación a los derechos humanos de las mujeres.

El Consejo General del Instituto Electoral local (IECM) aprobó los lineamientos para la creación del registro, cuyo objetivo es hacer del conocimiento público la información de personas que fueron sancionadas, mediante resolución o sentencia firme de autoridades administrativas, jurisdiccionales o penales, por cometer violencia política de género.

El registro contendrá nombre, calidad de precandidato o candidato, partido político o alianza por el que fue inscrito cuando cometió la falta, resolución o sentencia, número de expediente –que también podrá ser consultado–, conducta violatoria, sanción y tiempo de permanencia en el registro.

En caso de que las autoridades no determinen la gravedad de la falta y/o el plazo en el que las personas estarán inscritas en el registro, se podrá solicitar una aclaración o de lo contrario será la Dirección Ejecutiva de Asociaciones Políticas la que determine el tiempo por el que el nombre será público.

Al aprobarse el acuerdo, la diputada de Morena Donají Olivera llamó a los consejeros a evitar dilación en quejas relacionadas a violencia política de género, pues en el caso de su compañera de bancada, Lourdes Paz –quien fue víctima de estos actos–, el procedimiento y la sanción tardó cuatro meses en ser resuelto.

Medidas contra Quintero

En tanto, la Comisión Permanente de Asociaciones Políticas del instituto aprobó medidas cautelares contra el candidato de Morena a la alcaldía de Iztacalco, Armando Quintero, por presuntos actos de violencia política de género contra Fabiola Bautista, candidata de PRI, PAN y PRD a la demarcación, pues en un discurso utilizó las palabras cuñada y esposa para vincularla con sus rivales políticos, lo que se consideró lenguaje sexista, discriminatorio, estereotipado y excluyente.